n efecto, cada que avanza el tiempo, se ve que la política oficial sobre la energía no es ninguna reforma, sino todo lo contrario. Vamos a ver recientes ejemplos.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF), institución máxima en la materia, da ejemplos de ello, y no es la única. Petróleos Mexicanos (Pemex) mediante una de las muchas en las que ha sido pulverizada, en 2016 sólo produjo 37.7 por ciento de las vendidas en el país de gasolinas, y 55.5 por ciento de las de diesel.
También afirma que para satisfacer la demanda importó 60 por ciento de la oferta (venta) de gasolina y 44.1 por ciento de diesel
.
Ya en informes directos de Pemex, en saldo entre exportaciones totales de gasolina de esta institución, en 2012 (inmediatamente antes del gobierno actual) el saldo entre exportaciones e importaciones era de 21 mil millones de dólares en favor de Pemex. En los 10 primeros meses de este año, ya fue de 3.4 miles de millones en su contra.
Los precios en México del gas doméstico aumentaron de diciembre de 2012 a noviembre de 2017, en poco más de 55 por ciento.
En esto cuenta el cierre de un promedio de tres de las seis refinerías de Pemex. La producción, en vez de aumentar con nuevas refinerías y el mantenimiento real de las existentes, se reduce. De una producción de 418 mil barriles diarios en 2012, a 180 mil en octubre de 2017. Bajó a menos de la mitad, a 43 por ciento.
La producción de gas hidrocarburo, y no contando, como se hace en la información oficial sumando el nitrógeno mezclado, que no es combustible, bajó de 3 mil 766 millones de pies cúbicos diarios (todavía no aprenden a usar el que se llamaba sistema métrico decimal, como lo hace la gran mayoría del mundo) 3 mil 221, en los primeros 10 meses de 2017. Pero la mayoría es lo que ya viene asociado con el petróleo crudo. El que se produce por sí mismo, el no asociado, bajó de mil 910 millones en 2012 a 987 en octubre de 2017. Fue 52 por ciento de caída. Para otros países, la producción de gas natural es vital. Aquí, se prefiere aumentar más y más la deuda, la venta de nuestro futuro.
Lo peor es la petroquímica. Es lo más rentable, y lo que más se ha cedido a las empresas privadas, especialmente a trasnacionales. Así, de 602 millones de toneladas en 2012, la producción de Pemex bajó a 57 millones en los primeros 10 meses de 2017. A menos de la décima parte de lo que se producía en el año inmediatamente antes del actual gobierno. Y todavía, como otro elemento del reino de la mentira, le llaman reforma energética.
Como premio por parte del gobierno, al que era director de Pemex lo ascienden a secretario de Hacienda, cuyo anterior ocupante es ascendido a la candidatura del PRI a la Presidencia de la República. Por lo visto, se premia al que mejor entrega a nuestra nación.
Si se tratara de votos verdaderos, incluso según las encuestas el gobierno, en las elecciones presidenciales, el PRI quedaría en tercer lugar. Claro, no perdería
si vuelve a suceder lo mismo, o algo parecido, que cuando el PRI iba perdiendo la votación, e iba ganando la Presidencia Cuauhtémoc Cárdenas, pero se declaró el fallo del sistema
para revertir totalmente los resultados que no se habían hecho públicos, y a partir de eso el PRI ganó
todo lo demás.
Como si esto fuera poco, se aprueba ahora la militarización de lo que hacían los policías, con los delincuentes verdaderos o inventados. Ha habido numerosas matanzas últimamente con mayor o menor participación del Ejército. Además, nunca se nos va a olvidar el 2 de octubre, con un número difícil de conocer de asesinados; pero es público que muchos manifestantes fueron llevados al Campo Militar número uno, y de allí a la cárcel.
Seguimos encontrándonos con ex compañeros de la cárcel, incluso de la misma crujía de ésta, y seguimos en la lucha. Los primeros en ingresar ya cumplimos los 50 años.
El año próximo se cumplen 50 años de esos crímenes, culminados el 2 de octubre, y ya preparan la posibilidad de otros, legalizados
desde ahora.
Para hacer peor esta situación, desde el año 2000 se han asesinado más de 100 periodistas, incluyendo a los presidentes del PAN, para que lo recuerden los que, diciéndose de izquierda, apoyan a que haya otros panistas en el poder.
