Celebrar la amistad, el cariño, la solidaridad porque finalmente las ONG del país son de gran relevancia es la finalidad de Entre amigos, recital que ofrecerán el tenor Ramón Vargas y el pianista Ángel Rodríguez el 3 de diciembre en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

El concierto será a beneficio de la Fundación Ramón Vargas, para la rehabilitación y plena inclusión familiar y social de niños y jóvenes con discapacidad, In Memoriam Eduardo Vargas (1993-2000).

Alguien decía que somos el pararrayos de la sociedad, afirma el cantante de ópera vía telefónica desde la Ciudad luz, donde hace unos días debutó en el papel de Tito, en La clemenza di Tito, con música de Mozart, en la Ópera de París.

“Las personas –prosigue Ramón Vargas– están muy decepcionadas de todo lo que pasa en nuestro país, de los gobernantes ladrones, de la corrupción y la violencia. Las organizaciones que hemos actuado sin fines de lucro, con la única intención de colaborar y ayudar, damos equilibrio a todas estas cosas.”

Integrado por arias de ópera y canciones napolitanas y mexicanas, el recital promete una nota alegre a dos meses de los terremotos de septiembre. Sí, los mexicanos nos unimos de manera destacada y hermosa cuando nos encontramos en situaciones extremas como en los sismos. Sin embargo, tal parece que apenas pasan volvemos a ser los mismos. Se nos olvida la solidaridad, nos volvemos otra vez egocéntricos y no es el camino, explica a La Jornada.

“Qué bueno que tenemos estos momentos de generosidad y heroísmo, sin embargo eso no forma una sociedad. Sólo es una muestra de lo que las personas pueden hacer, pero realmente lo que lo demuestra es el trabajo de cada día.

“Eso es lo que como sociedad y mexicanos necesitamos aprender de lo que hemos hecho, pues cuando nos juntamos logramos cosas maravillosas. Sin embargo, todo se nos olvida y volvemos a ser inmaduros. Son oportunidades de participar porque finalmente se nos olvida hacerlo en nuestra vida social y cultural, y ayudar a otros con necesidades mayores que las nuestras.

No sólo es un acto de generosidad, sino de madurez que se da en pueblos evolucionados, en grupos sociales que tienen esta conciencia donde te das cuenta que ayudar a los demás mantiene un equilibrio social. Cuando apoyamos a las ONG en realidad nos ayudamos a nosotros mismos.

Integración desde la comunidad

La Fundación Ramón Vargas se creó en 2000, con motivo del fallecimiento por parálisis cerebral del pequeño hijo del tenor. El cantante y su esposa ya habían considerado la idea de formar una agrupación, un fondo o ayudar a familias con niños con las mismas características de Eduardo, porque nos cayó como balde de agua helada, también por nuestra ignorancia sobre el tema. Frente a situaciones así, dice, nos sentimos completamente desubicados. Tuvimos personas que nos ayudaron, guías, el tiempo, la energía, los recursos para ayudar a Eduardo que, dentro de sus limitaciones, fue un niño feliz, pues vivió querido, amado y protegido.

Luego de esta experiencia Vargas y su esposa se dieron cuenta de que en México muchos niños tienen alguna discapacidad y sus familias carecen de información y recursos para enfrentar esa circunstancia. Las familias se disgregan, la madre se va a buscar ayuda y deja a sus otros hijos encargados aquí y allá. Es una situación grave que se pone peor. Por haber vivido eso, deseamos ayudar a otros niños y familias.

En un primer momento se hizo el Fondo Memorial Eduardo Vargas, que después se volvió independiente. El año pasado el nombre se cambió a Ramón Vargas para darle mayor visibilidad. La fundación beneficia proyectos específicos de otras organizaciones que como parte de sus programas incluyen la salud y en particular a personas con discapacidad.

El tenor detalla que a veces las agrupaciones necesitan guías, porque no bastan las buenas intenciones. Entonces, damos cursos de capacitación para que las personas sepan manejar todo, desde las finanzas. Nuestro lema es la integración a través de la comunidad.

El recital Entre amigos será este domingo 3 a las 18 horas en el Teatro de las Artes (Río Churubusco 79, colonia Country Club. El boleto cuesta 560 pesos para todo público.