Cuernavaca, Mor.

El sismo del pasado 19 de septiembre cambió la vida del peluquero Salomón Hernández Encarnación, de 68 años de edad. Él y su esposa, Gloria Arcos Carpio, de 65 años, vivían en su casa de la colonia Emiliano Zapata, uno de los sectores que el terremoto devastó. Ella murió y su vivienda, donde tenía el local, se vino abajo.

Cuando comenzó el sismo, Salomón no pudo salir de su casa y tampoco el cliente que atendía. Gloria estaba en la vivienda. Parte de una barda le cayó encima y la mató.

Salomón perdió prácticamente todo, incluidas sus herramientas. Vecinos le regalaron tijeras y máquinas con que se gana la vida en una peluquería improvisada en una tienda de campaña.

Personal de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano pretendió entregarle tarjetas del Fondo Nacional de Desatres Naturales (Fonden) por haber sufrido daños parciales en su vivenda.

Días después del sismo acudieron a inscribirlo en un padrón. “Le pusieron ahí ‘pérdida total’, pero resulta que es ‘parcial’. Por eso no la recibí (la tarjeta de apoyo). Me dijeron que por daños parciales este lunes iba a poder cobrar 5 mil pesos, y después los otros 10 mil pesos, pero les dije a las muchachas que se fueran mejor y que el gobierno se quedara ese dinero”, recordó.

Salomón exigió a los gobiernos federal y estatal que cumplan con su promesa de entregar 120 mil pesos por daños totales y consideró que los damnificados ya estamos bien caídos y ellos todavía se están burlando. Eso no es justo. Por eso demando que den el dinero del Fonden, que no se queden con una parte ni el gobernador ni las otras autoridades.