El reacomodo de los cárteles de Tijuana, Sinaloa y Jalisco Nueva Generación ha incrementado la violencia y el número de homicidios en Baja California Sur, de tal manera que este año, en comparación con 2016, estos delitos aumentaron 54 por ciento. El año pasado se cometieron 123 asesinatos dolosos, y de enero a septiembre de 2017 suman 273.

Autoridades de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), la Procuraduría General de la República (PGR) y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), indicaron que en cuanto al cártel de los hermanos Arellano Félix, en Baja California Sur existen algunas células que todavía operan desde Sinaloa hasta Estados Unidos, y a través del estado de Baja California, concretamente en Tijuana, mantienen centros de operación que no comparten con otras organizaciones criminales.

Distribución de drogas sintéticas

En tanto, explicaron, el cártel de Sinaloa y grupos vinculados con Ismael El Mayo Zambada se han desplazado hacia la península californiana y actualmente sostienen confrontaciones con el cártel Jalisco Nueva Generación, igual que ocurre en entidades como Jalisco, Nayarit y Colima, donde células bajo el mando de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, han incrementado la distribución de drogas sintéticas tanto en Baja California Sur como hacia Estados Unidos.

El cártel Jalisco Nueva Generación se ha consolidado como una de las organizaciones con mayor presencia en el país, y compite en alcance con el cártel de Sinaloa, aunque este grupo ha sufrido diversas escisiones a raíz de la extradición de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, y uno de los grupos está encabezado por Alfredo e Iván Guzmán Salazar, de acuerdo con informes de la PGR en los que se da cuenta de la existencia de grupos criminales en el país.

Estadísticas del Sesnp muestran que en los pasados tres años se han ido incrementando los índices delictivos, particularmen-te el número de homicidios en esta entidad.

Asimismo, en días recientes, presuntos integrantes de un grupo criminal asesinaron a Silvestre de la Toba, el ombusdman de esta entidad, y a su hijo Fernando, lo que generó que el gobierno federal anunciara el despliegue de fuerzas federales, y la depuración de cuerpos policiacos locales.