Aunque diversas policías municipales están involucradas en casos de desaparición forzada, ejecución extrajudicial y otros abusos graves de derechos humanos, dichos actos no son cometidos de forma independiente, sino que forman parte de un esquema general de violencia y corrupción donde también están involucradas las policías estatales, la Federal e incluso las fuerzas armadas, señalaron activistas de organizaciones civiles.

Jorge Verástegui, defensor de derechos humanos en Coahuila, subrayó que los agrupamientos policiacos de los municipios son el eslabón más débil y el último en la cadena de seguridad, por no tener salarios, prestaciones ni capacitación adecuadas, lo que los hace mucho más vulnerables ante el poder de corrupción y cooptación de los grupos criminales.

Sin embargo, “no podemos caer en el discurso de que los abusos los realizan motu propio o que viven en un Estado paralelo donde nadie sabe lo que hacen, cuando la realidad es otra. No se mandan solos, siempre hay superiores jerárquicos e incluso otras fuerzas de seguridad pública. Son parte de un problema estructural”, apuntó.

“Sólo se responsabiliza a las policías municipales (de diversas violaciones de derechos humanos) porque los pueden ‘sacrificar’ más fácilmente. Ha habido muchas discusiones sobre el tema del Mando Único, pero centralizar la fuerza es un error, porque necesitamos una policía de proximidad confiable y con arraigo en la comunidad, pero con buen sueldo y bien equipada”, puntualizó.

Julio Mata Montiel, de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos en México, coincidió en que los abusos cometidos por policías municipales forman parte de una estructura y una política de Estado basada en la intimidación y control de la población.

No es que unos policías sean buenos y otros malos. No, hay una cadena de impunidad entre los municipales, los estatales y los federales, junto con el Ejército y la Marina. Pero los municipales son el pez más pequeño, aunque en algunos casos hayan sido los actores concretos o los responsables materiales, pero de todas formas son el eslabón más débil, subrayó.

Limpieza estructural

Para el activista, limpiar a las policías municipales es ya una labor casi imposible, porque “están totalmente infiltradas y metidas hasta el tuétano en la impunidad. Una forma sería crear una nueva policía desde el nivel federal. Cambiar una pequeña parte no serviría; tendría que hacerse de raíz, con policías con más nivel de estudios y conocimientos de derechos humanos.