En el aire, si Rusia mantendrá dos regiones separatistas en Ucrania
Sábado 25 de noviembre de 2017, p. 25
Moscú.
Igor Plotnitsky –el gobernante de la autoproclamada República Autónoma de Lugansk, Ucrania, impuesto desde Moscú– perdió la guerra por el poder contra sus enemigos locales y los clanes de la vecina y más grande región separatista de Donietsk, y dimitió esta noche por motivos de salud
, al no obtener el respaldo del Kremlin.
En compañía de Irina Teitsman, jefa de su oficina; Anastasia Shurkayeva, directora de la radio y televisión de Lugansk, y otros colaboradores cercanos acusados por sus adversarios de trabajar para los servicios secretos de Ucrania, Plotnitsky abandonó este jueves el territorio de la región separatista en varios automóviles hacia la ciudad rusa de Rostov, donde horas después tomó un vuelo regular para viajar a Moscú.
A lo largo de este viernes, Plotnitsky trató de convencer a sus interlocutores en la Oficina de la Presidencia rusa de que mantiene el control sobre la situación en Lugansk, pero éstos le retiraron su confianza y le pidieron su renuncia para evitar un mal mayor ante la insurrección del ministro de Interior de Lugansk, Igor Kornet, que se considera cercano al gobernante de Donietsk, Aleksandr Zajarchenko.
No es claro, sin embargo, si el golpe palaciego que depuso a Plotnitsky y resultó toda una sorpresa para el Kremlin permitirá a Zajarchenko forzar la creación de una nueva formación estatal mediante la absorción de Lugansk por Donietsk o, como otra variante que se maneja, Rusia optará por mantener las cosas como están con dos regiones separatistas en Ucrania, aunque con un nuevo gobernante que goce de mayor aceptación que el dimitido.
Por lo pronto, Kornet no asumió el mando en Lugansk. Lo hizo el ministro de Seguridad, Leonid Pasechnik, catalogado de hombre próximo al FSB (Servicio Federal de Seguridad) de Rusia, quien dio a conocer la remoción de Plotnitsky, al tiempo de informar que asume sus funciones de manera temporal hasta que se celebren elecciones
.
Pasechnik reiteró el apego de Lugansk a los acuerdos de Minsk, que sientan las bases para negociar un arreglo político en Ucrania y siguen sin cumplirse. La carta principal de Plotnitsky para mantenerse al frente de Lugansk era que él es uno de los firmantes de esos acuerdos, pero en la decisión de apartarlo del cargo pesó más la posibilidad de un derramamiento de sangre entre grupos que deberían ser afines y en realidad se disputan el poder.
Como fórmula de compromiso un tanto extraña, Pasechnik nombró a Plotnitsky, persona supuestamente enferma que requiere reposo, comisionado de Lugansk para el cumplimiento de los acuerdos de Minsk
.