Sociedad y Justicia
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Esos pensamientos provocarán una sociedad de alienados, sin identidad, asegura

Norberto Rivera critica el feminismo que rechaza la maternidad y la familia
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El cardenal Norberto Rivera Carrera imparte la comunión durante su tradicional homilía dominlcal en la Catedral Metropolitana. Imagen de archivoFoto Foto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de noviembre de 2017, p. 40

El cardenal Norberto Rivera Carrera lamentó la existencia de un feminismo que rechaza la maternidad y la familia.

La maternidad se presenta con frecuencia como esclavitud, la familia como fruto de la ideología burguesa y la feminidad como trampa inventada por los hombres para dominar. Un feminismo así nos llevaría a una sociedad de alienados, a una en la que con el pretexto de la igualdad nadie tendría identidad.

En la homilía de este domingo en la Catedral Metropolitana en la Ciudad de México, señaló que con frecuencia la mujer siente que lo propio y distintivo suyo se desprecia y se ironiza, y confío en que las mujeres de nuestros días descubran su propia identidad, pongan a trabajar sus talentos y ocupen el lugar que les corresponde en la familia, en la sociedad y en nuestra iglesia.

Luego de señalar que en la actualidad gana terreno el creciente ingreso de la mujer en la construcción de nuestra sociedad y en la edificación de nuestra Iglesia, Rivera Carrera aseguró que aún hace falta que se den pasos más concretos hacia la igualdad real y la reafirmación de que el hombre y la mujer se realicen en reciprocidad, en diversidad y en igualdad.

El cardenal exhortó a refrendar la “diversidad y complementaridad del hombre y la mujer. Subrayó que ellas tienen innumerables talentos, pero el fundamental es su feminidad.

Vivimos en serias injusticias

En la ceremonia religiosa también se refirió al reparto equitativo de la riqueza. Advirtió que si únicamente nos preocupamos por el desarrollo y el crecimiento, podemos caer en graves desigauldades, y de hecho vivimos en serias injusticias.

Subrayó que por preocuparnos sólo por el desarrollo y no por el reparto justo, estamos en la más absurda de las utopías.

También se pidió por que las decisiones de los gobernantes los libere de los intereses personales y así procuren la dignidad y el bien de cada persona.