Ciudad Juárez, Chih.

A la orilla del río Bravo, entre Juárez y El Paso se celebró la mañana de este sábado una misa para recordar a los 355 migrantes que murieron el año pasado en su intento por cruzar hacia Estados Unidos.

Cientos de personas, se congregaron cerca del puente Santa Fe, donde 36 sacerdotes de las diócesis católicas de El Paso, Las Cruces y Juárez encabezaron la celebración con un fuerte dispositivo de seguridad de agentes migratorios de Estados Unidos.

Antes de la misa, del lado mexicano presentaron una veintena de banderas para simbolizar la diversidad de los migrantes; los asistentes portaron cruces y globos blancos. Asimismo, colocaron un puente de madera sobre el río para protestar por los muros que dividen la frontera.

A las 10 horas el obispo de El Paso, Texas, monseñor Mark Joseph Seitz ofició la misa en español, la cual fue escuchada de ambos lados mediante sistemas de sonido. Aclaró que la celebración cumplió 18 años, aunque cambió de sede.

Antaño se oficiaba en la zona de Anapra, pero luego que las autoridades estadunidenses terminaron de colocar un muro que sustituyó la malla ciclónica, este impide que se puedan mirar entre sí los participantes de ambos países.

En un comunicado conjunto los representantes de las diócesis mencionaron que ven la necesidad de celebrar la misa, ya que hay un gran debate sobre inmigración y discriminación en Estados Unidos.

Nación donde las propuestas de más peso son la edificación de un muro fronterizo e incrementar las deportaciones de indocumentados, así como iniciativas estatales como la Ley SB4, conocida como la ley muéstrame tus papeles.

El obispo de Ciudad Juárez, monseñor José Guadalupe Torres Campos, ausente en la misa por atender compromisos en la capital mexicana, envío un escrito donde pide a la comunidad diocesana ofrecer ayuda y apoyo a los migrantes mexicanos y de otras nacionalidades que viven en Estados Unidos, ante las propuestas del gobierno estadunidense.

Destacó que hace eco del mensaje del Papa Francisco para la 103 Jornada mundial del emigrante y refugiado, en el que invita a todos a poner especial atención en los menores de edad, vulnerables y sin voz.