Caracas.

El gobierno venezolano liberó ayer a dos activistas de oposición, presos desde hace más de un año, uno de ellos ciudadano español. Con ello el presidente Nicolás Maduro busca aliviar la presión internacional, luego de meses de conflicto entre su administración y los opositores, que dejó al menos 120 muertos.

El dirigente del partido opositor Voluntad Popular, Yon Goicoechea, de 32 años, y el alcalde del municipio Mario Briceño Iragorry, del estado Aragua, Delson Guarate, de 43, fueron excarcelados por la madrugada.

Ambos continúan sujetos a restricciones legales de movilidad y expresión, informó la organización no gubernamental de derechos humanos Foro Penal. Estoy en libertad, exclamó Guarate, quien fue detenido hace 13 meses, en su cuenta de Twitter.

Goicoechea fue arrestado en agosto de 2016 por presuntamente portar detonadores para explosivos, que de acuerdo con el gobierno serían usados en una marcha para reclamar un referendo revocatorio contra Maduro.

Líder de manifestaciones estudiantiles en 2007 contra el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), Goicochea regresó a Venezuela en julio de 2016 tras vivir casi cuatro años en Estados Unidos y España. De este último país tienen nacionalidad.

Yon Goicochea, correligionario del líder opositor Leopoldo López, se encuentra sujeto a medidas cautelares que lo obligan a presentarse periódicamente ante la justicia.

El ex líder estudiantil también recibió en 2008 el cuestionado premio Milton Friedman por la Libertad, otorgado por el Cato Institute, con sede en Washington DC y dotado con 500 mil dólares, por su lucha democrática.

Guarate, cuyo precario estado de salud lo argumentó su defensa a principios de octubre, fue arrestado en la víspera de una manifestación en Caracas en 2016, bajo sospecha de financiar el terrorismo y la conspiración.

Maduro ha liberado paulatinamente a unos 15 opositores por semana desde que consolidó su poder tras la elección de la Asamblea Nacional Constituyente en julio, de acuerdo con Foro Penal. Líderes de la oposición respaldados por varios gobiernos extranjeros exigen desde hace más de un año la excarcelación de al menos 380 presos políticos como condición para sostener conversaciones con el gobierno. Según Alfredo Romero, director de Foro Penal, las liberaciones son sólo una medida cosmética del chavismo para calmar a los críticos en el extranjero.

Esta semana el presidente Maduro anunció que buscará refinanciar la fuerte carga de bonos del país petrolero, de unos 60 mil millones de dólares –cerca de 2 mil dólares por habitante–, para negociar la deuda externa que agobia a Venezuela.

El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela priorizó los pagos de la deuda externa recortando importaciones, lo que agravó cuatro años de recesión y escasez. Si se llega a una renegociación de esta deuda se podría liberar más dinero a corto plazo para que el gobierno chavista compre alimentos básicos y medicamentos, principales demandas en las calles.

Expertos alertaron durante mucho tiempo que la deuda acumulada por el fallecido Hugo Chávez era insostenible e instaron a Maduro a restructurar sus pagos, pero llevar a cabo tal operación es casi imposible debido a la crisis económica, la falta de especialistas en el gobierno y, particularmente, las sanciones que prohíben a los bancos estadunidenses participar en nuevos acuerdos de deuda venezolana o negociarlos.