Decenas de miles marchan en Bilbao contra la reclusión de miembros del gobierno cesado
Censuran la política represiva
del Estado español y rechazan la involución democrática
Los partidos que calificaron las elecciones de ilegítimas
se preparan para participar
Domingo 5 de noviembre de 2017, p. 17
Madrid.
Las calles de Bilbao se llenaron de decenas de miles de personas que se manifestaron este sábado en solidaridad con el movimiento independentista catalán y, sobre todo, contra el envío a prisión de hasta 10 dirigentes de éste y la orden de detención contra el presidente cesado de la Generalitat, Carles Puigdemont.
El nacionalismo vasco, al igual que el gallego, están intensificando sus movilizaciones para hacer frente a la política represiva
del Estado español y para denunciar la involución democrática
que se ha puesto de manifiesto con el conflicto catalán.
En una semana, Cataluña ha enfrentado acontecimientos que han alterado profundamente su funcionamiento. Actualmente, los miembros del gobierno electo en los comicios autonómicos de 2014 se encuentran en la cárcel o prófugos de la justicia.
El gobierno español, presidido por el derechista Mariano Rajoy, tras recibir el beneplácito del Senado de aplicar el artículo 155 de la Constitución tras la declaración unilateral de independencia, asumió el control de la Generalitat, disolvió el Parlamento y convocó a elecciones para el próximo 21 de diciembre. Todos son hechos de excepción
que se han ido agravando con las acciones judiciales, que han estrechado el cerco al movimiento independentista, tanto civil como de los partidos políticos, con el encarcelamiento, hasta la fecha, de 10 de sus principales dirigentes, entre ellos el vicepresidente cesado Oriol Junqueras, siete consejeros y dos líderes procedentes de la sociedad civil, Jordi Sánchez y Jordi Cruixart.
Ante esa situación de excepción
, inédita en la historia reciente del país, el independentismo vasco de izquierda decidió salir a la calle para expresar su rechazo a la represión
ejercida desde Madrid y para mostrar su apoyo, como ya ha hecho en otras ocasiones en el pasado inmediato, al proyecto de secesión de Cataluña, que actualmente se encuentra suspendido tras la intervención del Ejecutivo español.
Durante la manifestación, a la que acudieron decenas de miles de personas a pesar de la intensa lluvia, se exigió la libertad de los presos políticos
y se criticó el espíritu antidemocrático
del artículo 155 y su represión
.
La marcha fue respaldada por EH-Bildu, la plataforma civil por el derecho a decidir Gure Esku Dago, los sindicatos ELA y LAB y la marca electoral de Podemos en Euskadi. Entre los participantes en la movilización, además de Arnaldo Otegi, estuvieron Adolfo Muñoz y Garbiñe Aranburu, secretaria general de LAB, así como el ex secretario general de este sindicato, Rafa Díez Usabiaga, recientemente excarcelado.
El líder vasco Arnaldo Otegi hizo un llamado a las sociedades vasca y catalana a hacer un bloque de autodefensa para hacer frente a la involución democrática, pues todo el mundo está consciente de que Cataluña ha inaugurado una etapa con presos políticos en las cárceles
.
Desde Galicia, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) también comenzó movilizaciones y debates sobre la estrategia a seguir ante lo que llaman ofensiva
del Estado español contra los movimientos nacionalistas o independentistas que existen en el país, sobre todo los más arraigados y contestatarios, que son el vasco, el catalán y el gallego.
Preparación antes de los comicios
Mientras, en Cataluña, los tres principales partidos independentistas ya empiezan a asumir que se presentarán a los comicios autonómicos convocados por el gobierno español, a pesar de que en un principio tildaron de ilegítimo
el proceso e insistieron en que tras la declaración unilateral de independencia había entrado en vigor una nueva legalidad a partir de la ley de transitoriedad
o de desconexión
que aprobó el Parlamento catalán en los plenos de los días 6 y 7 de septiembre. Finalmente, esa operación quedó desmantelada por la intervención del gobierno español y las sucesivas sentencias del Tribunal Constitucional en su contra.
Con este escenario, el partido que aspira a convertirse en el hegemónico del bloque independentista, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que tiene a su máximo líder, Oriol Junqueras, en la cárcel, celebró un consejo nacional, en el que finalmente decidió ir adelante en los comicios y estar dispuesta a presentar una lista unitaria, en la que estén incluidos los tres partidos soberanistas –ERC, Partido Demócrata de Catalunya (PDCAT) y Candidatura de Unidad Popular (CUP)– más un sector de la marca electoral de Podemos en Cataluña, que se encuentra fracturado y en vías de escisión.
La lideresa de la formación, Marta Rovira, denunció que las elecciones carecen de garantías suficientes
y reclamó igualdad de condiciones
, con lo que exigió la puesta en libertad de sus dirigentes.
La primera muestra de que son demócratas deben darla liberando a los presos políticos. Exigimos la libertad de todos los presos políticos
, declaró. Acusó al gobierno español de estar cargando los valores democráticos, los derechos fundamentales y los derechos humanos, con el objetivo de acabar con el independentismo, la democracia y el progreso de nuestro país
.
En Bélgica, donde se encuentra, el presidente cesado Carles Puigdemont se mostró dispuesto a liderar una candidatura única del movimiento secesionista y hacerlo desde el extranjero, una vez que, a pesar de que su orden de búsqueda y captura ya está en manos de la Fiscalía belga, el proceso para su entrega a España podría durar hasta dos meses.
En tanto, la CUP celebró un consejo político en la localidad francesa de Perpiñan para decidir qué hacer. Ello finalmente se adoptará en una votación el 12 de noviembre.
Los partidos unionistas, como Ciudadanos, el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista de Cataluña (PSC) ya iniciaron actos de precampaña electoral.
Precisamente en el que protagonizó la dirigente de Ciudadanos y lideresa de la oposición en Cataluña, Inés Arrimadas, se registró un enfrentamiento verbal entre sus seguidores y un grupo numeroso de independentistas que intentaron impedir que celebrara el acto y la acusaron de colaborar con las políticas represivas del Estado español.