Opinión
Ver día anteriorSábado 4 de noviembre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Blade Runner: sus soundtracks
H

acer la lista de los numerosos méritos de ese filme indispensable y trascendente que es Blade Runner (Ridley Scott, 1982) sería una labor ardua y extensa. Para efectos de esta nota, me concentro en destacar que uno de esos méritos, y uno grande, por cierto, es la música original de Evangelos Odysseas Papathanassiou, mejor conocido como Vangelis. Además de los aciertos indudables de sus tracks individuales, el score de Vangelis tiene como virtud general una puntual comprensión teórica y subsecuente puesta en práctica de que Blade Runner es fundamentalmente una película de género mixto: filme noir + ciencia ficción. Su música para la ejemplar película de Scott refleja puntualmente esta dualidad, combinando con intuición experta las decadentes y melancólicas sonoridades asociadas al cine negro, con la música sintetizada más propia del cine futurista.

Ahora bien, resulta que la historia de este ejemplar soundtrack en el mercado es rara y compleja. Poco después del lanzamiento del filme en 1982, apareció con el sello Warner un CD que parecía ser el soundtrack original de Blade Runner y, sin embargo, estrictamente no lo era. Una nota (en letra pequeña, claro) en la portada del folleto anunciaba una adaptación orquestal de música compuesta para la película por Vangelis. Las adaptaciones sobre las piezas de Vangelis, justo es decirlo, no son malas, pero sí están a distancia considerable de las originales, y son interpretadas por The New American Orchestra. Resultado: durante muchos años, los cinéfilos/melómanos tuvimos que conformarnos que este soundtrack apócrifo. (Las razones de la producción de este CD son complejas y su historia es rica en contradictorias leyendas urbanas).

En 1994, apareció en el mercado una segunda versión de la música de Blade Runner, en cuyo texto de presentación el propio Vangelis declaró que se trataba de piezas que trabajó para la película de Scott, complementadas con otras que aparecen aquí por primera vez. Ciertamente, aquel que conozca a fondo Blade Runner se sentirá más identificado con este segundo álbum que con el primero, simplemente porque es más auténtico y más apegado al original. La segunda versión contiene, por cierto, algunos diálogos del filme mezclados con los tracks musicales. En su texto, Vangelis hace esta críptica observación: Encontrándome imposibilitado de presentar estas grabaciones entonces, me dan gran placer poder hacerlo ahora. Sólo se le pasó explicarnos el por qué. Lo más destacado de la segunda versión del soundtrack es la inclusión del track titulado Tales of the Future, una fantástica pieza de Vangelis que combina las sonoridades futuristas con un cimiento vagamente oriental, en la que su amigo y colega Demis Roussos, cantante del grupo de rock Aphrodite’s Child del que ambos fueron miembros, canta con su peculiar timbre atiplado una intensa e inquietante canción en una lengua imaginaria.

Foto

Desde el punto de vista de la dramaturgia, la música de Blade Runner tiene como su acierto principal el hecho de que su tema principal (el indispensable Main Title de todo buen soundtrack) se escucha al inicio de la película en una versión electrónica épica, sobre las deslumbrantes imágenes de Los Ángeles en 2019, y reaparece en el trágico y potente final, en una delicada y nostálgica versión que acompaña el legendario discurso del replicante Roy Batty en los momentos previos a su muerte. El efecto musical y dramático es potentísimo.

Flash forward a 2017, año en que se estrena la secuela, Blade Runner 2049, dirigida por Denis Villeneuve. Ahora la música, escrita por Hanz Zimmer y Benjamin Wallfisch, es una buena partitura sustentada más en texturas y ambientes que en melodías, y que tiene la virtud de respetar el ámbito sonoro del filme original de Scott. El mayor acierto aquí, retomar el Main Title original de Vangelis para sustentar la secuencia final del filme (no, no habrá aquí un spoiler), cerrando elegantemente un ciclo dramatúrgico y musical de gran coherencia narrativa. No hay duda: hay que ver ambos filmes, y hay que escuchar los tres soundtracks aquí glosados; la experiencia puede ser muy ilustrativa, además de placentera.