Washington.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó ayer la capital del país para comenzar una gira de 12 días por Asia, donde visitará cinco naciones y asistirá al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec), pero su agenda tendrá como punto principal el incremento de esfuerzos para contener la supuesta amenaza nuclear de Corea del Norte.

Trump salió ayer por la tarde de la base aérea Andrews con destino a Hawai. De ahí se dirigirá a Japón, Corea del Sur, China, Vietnam y Filipinas, viaje de trabajo que se extenderá hasta el próximo día 14, en el que abordará asuntos bilaterales, principalmente económicos.

Así, del 5 al 7 el empresario republicano volverá a verse en Tokio con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, primer líder internacional que recibió al llegar a la Casa Blanca el pasado 20 de enero. El mismo día que dejará Japón llegará a Corea del Sur para reunirse con su homólogo Moon Jae-in.

El 8 de noviembre Trump arribará a Pekín para sostener una reunión con el mandatario chino, Xi Jinping, con quien se vio dos días en su residencia de Mar-a-Lago, Florida, en abril pasado. Se espera que uno de los temas a abordar entre ambos líderes sea el déficit comercial.

A la ciudad vietnamita de Da Nang llegará el día 10 para participar en la cumbre de la Apec, donde Trump tendrá la oportunidad de hablar con los líderes de Japón, China, Corea del Sur y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, sobre asuntos económicos en común y aprovechará para abordar la situación nuclear de Norcorea.

A la mañana siguiente se trasladará a la capital vietnamita, Hanoi, para una visita oficial y compromisos bilaterales con el gobernante, Tran Dai Quang.

La cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático lo llevará el día 12 a Manila, Filipinas, y en la jornada siguiente, con la que culminará la gira, celebrará el 40 aniversario de las relaciones entre Estados Unidos y esa organización.

Este viaje, el más largo de un mandatario estadunidense por Asia, se da mientras Washington enfrenta momentos políticos delicados, como las pesquisas por la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, la recuperación de Nueva York tras el atentado del pasado martes y los avances en el Congreso para reformar el código tributario.

En ese contexto, la fuerza aérea de Estados Unidos informó que dos de sus bombarderos supersónicos B-B1 Lancer sobrevolaron la península coreana para hacer un simulacro de ataque nuclear sorpresa contra Norcorea, lo que provocó la inmediata protesta del mandatario de Pyongyang.