Elevar de 62.5 a 85 por ciento el origen regional en ese sector, otra de las propuestas
Canadá y México rechazaron ambos planteamientos; los califican de absurdos e inaceptables
Sábado 14 de octubre de 2017, p. 17
Arlington.
El gobierno de Donald Trump demandó el viernes que el contenido fabricado en Estados Unidos represente la mitad del valor de los automóviles y camiones vendidos bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), además busca que aumente la proporción de partes norteamericanas en general, lo que genera más dudas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo que modernice el pacto comercial con México y Canadá.
Estados Unidos reveló este viernes polémicas propuestas para incrementar el contenido regional que los autos deben tener para calificar a un acceso libre de aranceles dijeron tres fuentes. Una de las fuentes precisó que Estados Unidos quiere aumentar el requerimiento de contenido norteamericano para camiones, automóviles y motores grandes desde ael ctual 62.5 por ciento a 85 por ciento. Además, Washington insiste en que 50 por ciento del contenido debe ser fabricado en Estados Unidos.
La propuesta se realizó durante difíciles conversaciones en Washington, correspondientes a la cuarta de siete rondas previstas para negociar una reforma al tratado. El gobierno estadunidense dio este paso un día después de insistir en que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte contenga una cláusula de extinción que podría significar que el acuerdo expire en cinco años.
Canadá y México, los otros dos miembros del pacto, rechazan fuertemente ambas ideas. Una fuente mexicana con conocimiento directo de las negociaciones calificó la propuesta sobre autos como absurda e inaceptable
.
El presidente Donald Trump, que se queja de que el TLCAN que entró en vigor el primero de enero de 1994 ha sido un desastre para Estados Unidos, está amenazando con abandonar el pacto a menos que se concreten importantes cambios.
Garantizar que los autos necesitan más contenido regional es uno de los pedidos clave del gobierno de Trump. Canadá y México sostienen que ese cambio alterará la altamente integrada industria automotriz continental.
El gobierno de Trump busca usar el TLCAN para impulsar la utilización de metales estadunidenses, al proponer normas sobre contenido en el sector automotriz que obligan a recurrir al acero, aluminio, cobre y resinas plásticas fabricadas en Norteamérica.
Tres personas que fueron informadas sobre el asunto dijeron que la propuesta estadunidense de normas de origen incluiría por vez primera estos materiales en el listado de contenido del tratado. Este listado es utilizado para verificar el nivel de contenido regional de vehículos y autopartes para que puedan ser incluidos en cargamentos libres de aranceles a los tres países.
Las plantas automotrices en la región ya usan sobre todo acero y aluminio norteamericano, pero el valor de los metales no cuenta para alcanzar el umbral porque no está en el listado.
No obstante, el mayor problema es que el gobierno de Trump también quiere que el listado de contenido de autopartes se amplíe e incluya muchos componentes de autos y camiones modernos que no existían cuando el TLCAN fue negociado por vez primera a comienzos de la década de los 90, como sofisticados sistemas electrónicos que proceden en su mayoría de Asia.
Funcionarios estadunidenses dicen que las actuales reglas sobre contenido son muy laxas y han permitido que las automotrices incorporen demasiadas autopartes baratas de China y de otros países asiáticos con bajos salarios. También buscan frenar el éxodo de puestos de trabajo de las industrias automotriz y manufacturera de Estados Unidos a México.
Trump ha hecho saber que él prefiere pactos comerciales bilaterales, y los escépticos se preguntan si las exigencias estadunidenses son parte de una estrategia diseñada para garantizar el fracaso de las actuales negociaciones.
Ambiente sombrío
Si bien fuentes informadas sobre las conversaciones describieron el ambiente como sombrío, políticos mexicanos y canadienses dicen que no hay ninguna intención de dejar la mesa por ahora.
El colapso del TLCAN provocaría estragos en toda la economía de América del Norte, interrumpiendo cadenas de suministro de manufacturas altamente integradas y resucitaría los altos aranceles a las exportaciones agrícolas. El comercio entre los tres países se ha más que cuadruplicado desde 1994 a sobre 1.2 billones de dólares al año.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos considera a la demanda estadunidense sobre la industria automotriz una de varias píldoras venenosas
que pueden torpedear las conversaciones para renovar el TLCAN.
La cámara, la organización empresarial más poderosa de Estados Unidos, advirtió que la propuesta costaría empleos, porque los fabricantes de automóviles y proveedores de piezas probablemente renunciarían a los beneficios del TLCAN y simplemente pagarían 2.5 por ciento de arancel de Estados Unidos para autos importados y muchas de las partes.
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, la canciller canadiense, Chrystia Freeland, y el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, se reunirán el martes en Washington, en el último día de negociaciones de la cuarta ronda, para hacer un balance de las conversaciones.