La entrega de ayuda para damnificados por el sismo del pasado 7 de septiembre en Oaxaca se otorga de forma poco transparente por los gobiernos federal y estatal, y sin una visión de largo plazo que ayude a las víctimas a no ser tan vulnerables en el futuro, afirmó Alfredo González Reyes, director de programas de la organización Oxfam México.

Subrayó que los estragos causados por terremotos y huracanes no deben considerarse naturales, sino consecuencia del abandono en que se encuentran diversos grupos sociales históricamente marginados y discriminados.

González dijo que después del temblor del 7 de septiembre, Oxfam México permaneció una semana en varias comunidades del Istmo de Tehuantepec, una de las regiones más castigadas.

Luego de analizar la forma en que la ayuda gubernamental se aplicó en esta zona, la organización concluyó que los esfuerzos oficiales no están llegando a las comunidades más necesitadas.

Los pueblos más afectados son los que ya tenían alto grado de vulnerabilidad. Ellos son los primeros que deberían ser atendidos y no necesariamente es así. La ayuda se nota en los núcleos más poblados, pero no en los pueblos más alejados, y al no focalizar el apoyo la desigualdad se está reforzando, advirtió.

Otro motivo de preocupación para Oxfam es que en muchas ocasiones la ayuda a damnificados estuvo condicionada por su pertenencia a ciertos partidos políticos y que no hay claridad sobre la forma en que se utilizarán los recursos para la reconstrucción.

“Los gobiernos federal y estatal –insistió González– deben hacer un esfuerzo para explicar cómo se van a usar los recursos, y no hacerlo sólo a través de una página de Internet.”