En los primeros días de clases después del sismo del pasado 19 de septiembre, cientos de niños se han rencontrado con compañeros y docentes, quienes destinaron esas jornadas a trabajar la parte emocional, porque en algunos casos se presentaban con mucho miedo y nerviosismo constante, pero también ves su cara de alegría cuando se ven con los amigos, afirmó Rosario, maestra de una primaria en la delegación Benito Juárez.

En otras demarcaciones, como Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero e Iztacalco, profesores de educación básica señalaron que no sólo seguimos la guía emitida por la Secretaría de Educación Pública (SEP), muchos padres de familia buscaron protocolos y recomendaciones que queremos implementar en las aulas.

En la escuela primaria Leonardo Bravo, ubicada en la colonia Peralvillo, delegación Cuauhtémoc, los padres de familia acordaron regresar a clases este lunes, luego de que funcionarios del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) presentaron una copia del dictamen de seguridad estructural del edificio de ocho pisos que colinda con el plantel educativo.

Francisco Bravo, director de la primaria, destacó: ayer obtuvimos el documento y se presentó a los padres de familia, quienes en asamblea acordaron el regreso a clases, luego de constatar que se cuenta con los peritajes correspondientes.

Informó que en su plantel los estudiantes regresaron con mucho temor, pero de inmediato comenzamos a trabajar el proceso emocional y a hacerlos sentir que están seguros en su escuela. Sin embargo, dijo que subsiste la preocupación de los padres de familia por las obras de construcción de los carriles confinados del Metrobús que correrá de Indios Verdes a Santa Fe, y cuyo trazo pasa frente al centro escolar, por lo que vamos a solicitar que se incluya algún mecanismo de seguridad para los alumnos.

En tanto, en la delegación Iztacalco la profesora Guadalupe Segura, quien labora en un centro de prescolar particular, destacó que hay temor tanto en los niños como en los padres. Se sintieron muy ansiosos al dejarlos el primer día en la escuela, así que el trabajo emocional no sólo es de los alumnos, sino de los papás y de los propios docentes.

Destacó que la guía difundida por la SEP para los primeros días de clases tras el sismo “puede funcionar, pero cada escuela y grupo son distintos. Se debe adaptar conforme a las necesidades que los profesores detectamos en clase, porque es común que mientras tienes un niño que te dice: ‘ya estoy de regreso, los extrañaba’, también te toca consolar a quienes no dejan de llorar porque siguen muy atemorizados”.