Juchitán, Oax.

No son viviendas de concreto, pero sí un aliciente y un alivio ante la tempestad, expresaron damnificados del terremoto en Juchitán a propósito de las casas de campaña donadas por China, que los han ayudado a soportar la incesante lluvia.

Las lonas de nylon azul tienen impresa una leyenda en chino, en caracteres blancos. Miden 3.2 metros de ancho, 3.8 de largo y 2.7 de alto. Dentro caben dos camas o tres catres de yute, en los que pueden dormir entre cinco y siete personas.

Ezequiel Sánchez Osorio tiene 83 años. Es diabético e hipertenso. Fue uno de los mil 200 beneficiarios de esta ayuda. Antes dormía sentado bajo una lona que consiguió su hija Vicenta Sánchez Santiago, después de que su vivienda colapsó.

Originario de la séptima sección, una de las más dañadas por el sismo del pasado 7 de septiembre –que destruyó cientos de viviendas– ahora padece el intenso sol y las lluvias. No había podido dormir ocho horas diarias, como recomendó el médico.

Me siento más tranquilo. Esta casa no me matará si se cae por los constantes sismos. Ya no era vida para mí y mi familia. Llevo dos noches durmiendo plenamente, manifestó.

Vicenta Sánchez Santiago, relató que un funcionario de Gobernación pasó por la avenida donde tenían su casa (Insurgentes, en la séptima sección de Juchitán) y le entregó un boleto para recibir la tienda.

Esta ayuda ha sido muy buena, pero hace falta más. Tenemos vecinas con niños que se quedaron sin casas. La sociedad civil es la que más se ha solidarizado. Nuestros gobernantes locales sólo quieren tomarse la foto, no han ayudado en nada, dijo.

El abuelo está acompañado por sus nietos. Por las noches, dicen, llueve fuerte y es casi imposible conciliar el sueño. La tienda tiene ventanas y una puerta con malla de mosquitero.

En la zona se instaló una de las 30 cocinas comunitarias que ofreció el artista plástico Francisco Toledo. Desde el pasado 11 de septiembre, la hija de Ezequiel, junto con Martha Vázquez Sánchez, Juana Ruiz Guerra, María Tolentino Santiago y Soledad Zárate Gutiérrez, ofrece alimentos a más de 100 personas en forma gratuita.

Vicenta No pierde de vista a su padre y está atenta para darle sus medicamentos. Lo veo más seguro, contento y feliz. Eso me motiva a seguir con la cocina comunitaria. Ya recibimos el apoyo de gente que se solidarizó con nosotros. Continuaremos con estas cocinas que nos compartió el maestro Toledo. Estamos felices de donar nuestro esfuerzo, afirmó.

Las cocineras también son artesanas: elaboran las enaguas y huipiles de los trajes regionales del Istmo; sin embargo, desde el 7 de septiembre sus bastidores, hilos y agujas están arrumbados.

Las cinco mujeres han recibido aportaciones para seguir comprando alimentos y ayudar a sus paisanos, pues la emergencia continúa.

Mis vecinas han demostrado fuerza. Parecen de hierro, no se cansan. Nunca imaginamos que desde China nos llegarían estas casas, señaló Alberto Ortega Jiménez, uno de sus afectados.

Reportan robos pese a vigilancia de la PF

Rubicela Morelos Cruz Corresponsal

Jojutla, Mor.

El gobierno de China donó 76 casas de campaña que fueron usadas en el refugio instalado en la unidad deportiva Niños Héroes por el sistema municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

Aquí escasea el agua y no hay energía eléctrica; las luces de las canchas alumbran de noche.

De las 76 casas de campaña colocadas alrededor de la cancha de futbol de la unidad deportiva situada en el centro de Jojutla, 68 ya están ocupadas y ocho siguen vacías, informó la coordinadora del albergue y trabajadora del DIF municipal, María Esther Millán Magaña.

Aquí hay unas 260 personas. Cinco baños para hombres y cinco para mujeres fueron traídos del gobierno federal. Hay otros seis, además de 10 regaderas que puso el gobierno municipal. En total son 16 sanitarios móviles, explicó.

Dijo que este refugio está resguardado por policías federales y aquí no está participando el DIF estatal. Las casas de campaña las trajeron el viernes pasado, y se instalaron sábado y domingo, explicó.

Abundó que se dio prioridad a ancianos, hipertensos, diabéticos, asmáticos y discapacitados para que estén cerca de los servicios de salud, el comedor y los sanitarios.

Millán Magaña dijo que recibieron a los refugiados un día después del temblor del 19 de septiembre. Estas familias pernoctaban debajo de carpas colocadas en la unidad deportiva.

Algunos usuarios dijeron que sus casas están cuarteadas y temen por su seguridad.

En la colonia Zapata numerosas viviendas se vinieron abajo y sus propietarios duermen en la calle para cuidar sus pertenencias.

Otros se quejaron del calor que hace de día dentro de las casas de campaña; además, la lluvia entra por arriba y por abajo. Hay 16 baños, pero muchas personas sólo vienen a comer. Son insuficientes, opinaron.

Dijeron que a pesar de que este refugio está resguardado por la Policía Federal ha habido robos, y la falta de energía eléctrica los pone en riesgo a ellos y a sus hijos.

Las niñas tienen que ir al baño por la noche y atravesar la cancha de futbol. No tenemos lavaderos, así que nos las ingeniamos. La ropa se lava con poca agua en los lavabos de la unidad deportiva, expresaron.

Con las casas de campaña tenemos más espacio para dormir porque antes dormíamos casi todos juntos, pero una vez que Protección Civil demuela las viviendas afectadas y regresemos a las nuestras, si tienen compostura, las tiendas serán asignadas a otras familias, precisaron.

Los damnificados de la unidad deportiva Niños Héroes refieren que almuerzan, comen y cenan puro huevo en diferentes preparaciones y las regaderas no son suficientes. Además, personal de Salud los ha auscultado para prevenir posibles infecciones o brotes de cólera.