Insistirán en que la minera cumpla con obras de infraestructura
Lunes 2 de octubre de 2017, p. 39
Zacatecas, Zac.
Una docena de dirigentes ejidales y representantes campesinos procedentes de cinco comunidades rurales de los municipios de Mazapil y Melchor Ocampo, acompañados por José Narro Céspedes, líder de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, y de Felipe Pinedo Hernández, vocero del Frente de Comunidades Afectadas por la Minería, aseguraron que las denuncias penales que la trasnacional canadiense Goldcorp interpuso en su contra no los amedrentan ni harán que abandonen su lucha.
En conferencia de prensa ayer en la capital de Zacatecas (300 kilómetros al sur de la mina de oro a cielo abierto Peñasquito, tomada por más de 500 habitantes de la región desde hace cinco días), advirtieron que su protesta continuará hasta que los directivos de Goldcorp cumplan con las obras de infraestructura social que la mina se comprometió a realizar en 2009.
José Cruz Barrios Pérez, presidente del comisariado ejidal de El Vergel, acusó que la minera Peñasquito afecta a sus comunidades al destruir parte del camino que une los poblados Cedros y Matamoros; arruinó 11 bordos de abrevadero para ganado y desvió arroyos que alimentaban pequeñas represas comunitarias.
Rodolfo Cisneros Gallegos, representante de la localidad de Matamoros, señaló que su poblado tenía hasta hace poco dos pozos para regar 60 hectáreas de chile, alfalfa, frijol y maíz, entre otros cultivos. Uno ya se secó
al abatirse los mantos freáticos por una nueva batería de pozos
que abrió Peñasquito.
Miguel Ángel Treviño Saldaña, representante del ejido El Rodeo, informó que su comunidad renta 280 hectáreas a Peñasquito, que recientemente subcontrató a otras compañías, las cuales reventaron dos bordos de abrevaderos
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Recordó que El Rodeo tiene alrededor de 72 manantiales, pero la mina está sobrexplotando los mantos freáticos y los va a secar. Tenemos al menos cuatro años de relación con la mina, y en nuestra comunidad nadie ha sido empleado por Peñasquito
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José Trinidad Herrera Méndez, representante del anexo Las Mesas del ejido de Cedros, afirmó que debido a las operaciones de la minera canadiense tenemos niños con infecciones y erupciones en todo el cuerpo, por el polvo y el agua contaminada. Los contaminantes están esparciéndose a 100 kilómetros a la redonda, y ninguna autoridad los detiene
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