El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) hizo un llamado para que la inversión pública y privada que se destine a la reconstrucción de las zonas afectadas por los sismos coloque en el centro de las prioridades a niños y adolescentes damnificados, en particular en sus necesidades de salud física y emocional, educación y vivienda. En un comunicado, Christian Skoog, representante en México de Unicef, señaló que los 7 millones de niños que viven en las zonas más dañadas de Chiapas, Ciudad de México, Morelos, Oaxaca y Puebla son los más vulnerables, debido a la pérdida de sus hogares y escuelas, por lo que deben estar en el centro de las discusiones presupuestarias que enfrenta el país. Explicó que en situaciones de emergencia las niñas, niños y adolescentes tienen necesidades especiales en cuanto a alimentación, salud, higiene, educación y apoyo sicosocial, que de no ser atendidas tanto puntualmente como a largo plazo pueden acarrear consecuencias muy graves para sus vidas y para la sociedad. En las decisiones para la reconstrucción, apunta el organismo multinacional, el bienestar de los menores debe ser una consideración central a la hora de priorizar el apoyo a familias afectadas. Por ejemplo, las familias con niños o con mayor número de ellos, o los hogares encabezados por mujeres, deben recibir consideración especial y apoyo acorde.