Con Trump la situación empeoró allá, aseguran; algunos se sumarán a labores de apoyo
Viernes 29 de septiembre de 2017, p. 24
El colapso y el estado de emergencia por el que atraviesa el país se suman al dolor y trago amargo de dejar familiares y amigos, así como vivir un futuro incierto de algunos mexicanos deportados de Estados Unidos que arriban al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), quienes lamentan la tragedia y pérdida de vidas por el terremoto del 19 de septiembre. Además, agradecen el gesto humanitario de los rescatistas internacionales.
En entrevista señalan que apoyarán a brigadas de ayuda humanitaria. Jonathan Tzompa dice que el camino
entre la detención y deportación fue demasiado largo. Permaneció incomunicado ocho meses.
Trabajaba en restaurantes y era traductor. Fue detenido en Wyoming por manejar sin licencia americana. Estados Unidos, asegura, no es la única opción para vivir, ya que México brinda muchas oportunidades.
Estoy un poco triste por la noticia del terremoto que sufrió mi país, pero hay que echarnos la mano unos a otros. Las experiencias que uno vive son las que nos marcan. Siento mucho lo que sucedió y en lo que pueda ayudar estamos aquí con los hermanos mexicanos.
Arcelio Calderón, quien estudiaba leyes allá, regresó al país luego de 13 años. El último lugar donde vivó fue en Carolina del Norte. Es de Ixtlahuaca, estado de México, donde en las próximas horas se reunirá con sus parientes. Hay que trabajar en unidad. Juntos vamos a salir adelante, señaló.
Por las noticias se enteró que varias entidades resultaron afectadas por el terremoto y que muchas casas se derrumbaron. Las imágenes eran impresionantes. Los males que nos pasan sólo unidos podemos remediarlos y salir adelante. Ojalá cambien las condiciones de vida del país hacia un futuro mejor para todos los mexicanos
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Indica que con la llegada del presidente Donald Trump las condiciones laborales, sociales y económicas empeoraron en Estados Unidos; son más complicadas y represivas para los mexicanos que residen allá sin documentos. Sufrimos mucha discriminación. Es algo con lo que tenemos que lidiar si queremos estar allá
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La mayoría de connacionales que cruzan la puerta de llegadas internacionales, en la terminal 2 del AICM, regresa desorientado, sólo con la ropa puesta, sin cordones en el calzado ni cinturón. Cargan una bolsa de plástico con un emparedado.
Laurencio Mateos tiene 42 años pensaba casarse a corto plazo. Es la segunda vez que lo extraditan luego de 18 años de residir en Arizona y otros estados. “Ayudé a la comunidad hispana luego del paso devastador de tornados como Katrina. Junté víveres, agua, arreglé casas, llegué en el momento justo para apoyar a los mexicanos”.
En los centros de atención estadunidenses, asevera, los deportados reciben malos tratos. No nos dejan comunicar con familiares porque cortan el teléfono
. Aunque es originario de Veracruz, expone que vivirá en Tláhuac y que por el momento no piensa cruzar la frontera. Las cosas están difíciles, nos ponen muchas trabas
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