El plan de Acción Nacional (PAN) del despido masivo de la burocracia federal, para ahorrar 50 por ciento en el gasto corriente, contrasta con la política de los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, cuando la oposición cuestionó al panismo por haber dilapidado en altos salarios, fiestas y lujos más de un billón de pesos en excedentes petroleros.

Esos fondos permitieron incrustar en la administración federal a una clase política panista de la que el PRI no ha podido prescindir, porque forma parte del servicio civil de carrera echado a andar con Calderón.

Como oposición, los priístas definieron esa estrategia como una de las mayores campañas de limpieza ideológica, que mantiene hasta ahora en sus cargos a delegados que, según han afirmado los propios diputados federales ante los secretarios del actual gabinete, aún operan para el PAN.

Durante aquellos dos sexenios, la oposición del PRI, PRD, PT y el desaparecido Social Demócrata (PSD) cuestionaron que Fox y Calderón destinaron los ingresos adicionales obtenidos por los altos precios del petróleo a salarios.

Con Calderón, por ejemplo, se alcanzó el máximo histórico de 117.54 dólares por barril de crudo, el 1° de marzo de 2012, 32.64 dólares más que lo propuesto por el ex presidente para ese año.

En las sucesivas comparecencias de los secretarios de Hacienda del panismo, Francisco Gil, Agustín Carstens y Ernesto Cordero Arroyo, diputados cuestionaron el destino de los excedentes y señalaron que, esencialmente, los fondos se habían destinado a gasto corriente.

Durante su comparecencia ante la Cámara de Diputados el 2 de octubre de 2007, para explicar la propuesta de paquete económico del siguiente año, Agustín Carstens defendió que se había aplicado un recorte de plazas, pero no respondió a la pregunta de Elsa Guadalupe Conde, del desaparecido PSD, que quiso saber por qué en sólo 6 meses Calderón había decidido crear 26 mil 603 plazas.

Ese mismo día, el priísta Jesús Ramírez Stabros sostuvo que en el sexenio de Fox la recaudación adicional por ingresos petroleros fue de 800 mil millones, sin que se supiera el destino de esa fortuna.

De ahí la suspicacia de que la recaudación adicional se traduzca en mayor gasto corriente, en beneficio de la alta burocracia y no en la recuperación de la inversión pública, dijo.

En 2008, durante la sesión de la Comisión Permanente del 22 de diciembre, el ex diputado perredista Gerardo Villanueva preguntó: ¿Qué han hecho con tanto dinero? La mezcla de crudo mexicano ha llegado a precios como nunca los habíamos imaginado. ¿Dónde está el dinero? Lo que se observa es un gobierno muy rico y un pueblo muy pobre.