Colegio Rébsamen: homicidio culposo
No alcanzan 3 mil pesos: #rentasmancera
Tiembla el peso: $18.50 por dólar
El negocio de la reconstrucción
Empresarios a la mesa
Regular y vigilar donaciones
Vuelve Galindo, ¿y Nochixtlán?
Estragos del terremoto
En Seduvi, el rastro de la tragedia
Explicaciones más que necesarias
De la desgracia al cinismo
¿Solidaridad? No: negocio
Reconstrucción: otro filón
na vez que han pasado los momentos más acuciantes en las tareas de rescate de quienes quedaron atrapados en las edificaciones derrumbadas por el terremoto del 19 de septiembre, es preciso concentrarse en la atención a los damnificados por los efectos de ese sismo y del anterior –el del día 7– y de otros fenómenos naturales, como las trombas que causaron escenarios de desastre en Guerrero. Muchos miles de mexicanos que perdieron su vivienda y su patrimonio claman por una ayuda siempre insuficiente, a pesar de los esfuerzos desplegados de manera espontánea por la sociedad civil, así como por organizaciones no gubernamentales y dependencias del gobierno. Es claro que el auxilio a los damnificados debe ser sostenido y constante, y que requiere de un levantamiento de información más sistemático, de distribución mejor organizada y de planificación para el abasto. De hecho, será necesario mejorar y prolongar ese esfuerzo, durante las tareas de reconstrucción, las cuales, en su inmensa mayoría, están aún pendientes.
Exigen instalación de alarmas antisísmicas en el Edomex
os miembros de la comunidad de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, ubicada en Tlalnepantla, estado de México, contamos con alarma antisísmica por ser una dependencia de la UNAM; sin embargo, la población del Edomex carece de ella. El gobierno estatal ha incumplido la obligación impostergable de instalar alarmas en todo el estado, como una medida de seguridad para todos los ciudadanos. Por esta razón, exigimos al gobernador Alfredo del Mazo la instalación de alarmas antisísmicas.
as tremendas tragedias que sufre el país en estos días deberán ser motivo de importantes reflexiones de todos los mexicanos. Se está demostrando, en primer término, que nuestro pueblo es algo muy importante y notable en su solidaria y generosa reacción ante la desgracia. Lo hemos estado diciendo en México y nos lo advierten en el mundo. Un pueblo así tiene todo el derecho a la vida libre y a la dignidad, así como al pleno disfrute del bienestar. El desgarramiento que toda catástrofe trae consigo nos ha puesto en el camino de entender nuestra verdad como nación y sociedad.
os terremotos pasados, como era de esperarse, se politizaron, y de mala manera. Incluso entraron en la lógica de la subasta quién da más
de los partidos en contienda electoral. Esta politización alcanzó también al periodismo, aun al nuestro de La Jornada, donde los dimes y diretes de las redes sociales le ganaron a la objetividad sobre todo el pasado fin de semana. No me refiero a los artículos de opinión, en los que cada autor tiene el derecho de decir lo suyo con base en la libertad de expresión, sino a los reporteros y a quienes deciden las notas principales de primera plana.
tra vez muertes, sufrimiento y pérdidas materiales por efecto de un desastre, de un sismo en este caso. La impresión que tengo en estos momentos es que las casas particulares unifamiliares se derribaron por errores de construcción, casi autoconstrucción, o por envejecimiento, como las de adobe; que los edificios históricos fueron dañados por las ondas sísmicas, en buena proporción verticales, trepidantes, por envejecimiento también y falta de rigidez estructural. Los expertos lo dirán en su momento. Bueno, los que lo hagan honradamente.
l pueblo de San Andrés Hueyapan, en el municipio de Tetela del Volcán, fue una de las poblaciones de Morelos más afectados por el sismo del pasado 19 de septiembre. Este pueblo náhuatl con seis mil 478 habitantes, se ubica a las faldas el volcán Popocatépetl, por lo que sus residentes se habían preparado para una posible erupción, conocían las rutas de evacuación, estaban familiarizados con los colores de las distintas alertas y vivían en una convivencia tensa pero armónica con Don Goyo, como se le conoce localmente al volcán. Sin embargo, cuando la tierra se cimbró con un sismo de 7.1 de magnitud, derrumbando el palacio municipal, la mitad del templo dominico, y afectando a 90 por ciento de las casas del pueblo, los habitantes tuvieron que recurrir a la organización comunitaria para enfrentar el desastre.
ntre ella y Carlos Salinas de Gortari está sentado Gabriel García Márquez.
E
l Estado no está respondiendo a esta tragedia, somos nosotros los que estamos dando la cara
, dijo Monserrat González, joven de 24 años, a David Marcial Pérez (El País, 23/9/17) mientras César Deciga, de 22 años, estudiante de la UNAM, puntualizó: (E)l terremoto ha demostrado que hay mucha fuerza civil, pero falta organización. Nuestro sistema político es muy deficiente en términos de organización social. Podríamos hacer mucho más, pero toda esta energía se pierde por culpa de los políticos. Es lo mismo que pasó en el otro terremoto, el de 1985. Mi papá estuvo ahí y ahora me toca a mí
. En su reflexión sobre los jóvenes, a la vanguardia de la reconstrucción
, Marcial acierta al observar que estas decenas de miles de jóvenes viven su primera experiencia de acción colectiva
, protagonizando una formidable y masiva demostración de solidaridad que desborda las necesidades de ayuda ciudadana después del terremoto
. (Ibid)
sto no se va a quedar así. Quienes incurrieron en traición a la patria tendrán que responder ante la Comisión de Verdad y Justicia de la Asamblea Nacional Constituyente. Fue la rotunda afirmación que nos hizo Delcy Rodríguez, presidenta de ese órgano, sobre la conducta de varios líderes de la oposición venezolana que pidieron reiteradamente la intervención de Estados Unidos en el país y han dado su apoyo más caluroso a las recientes sanciones implantadas por Trump contra Venezuela.