El devastador efecto que sismos y huracanes han dejado este año podría poner en riesgo la mejora de las expectativas de crecimiento económico de México, alertó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp). Recordó que en meses pasados el producto interno bruto (PIB) mostraba señales de modesta mejora y en agosto creció a una tasa anual de 3 por ciento, el registro más alto de los 12 meses recientes.

A la pérdida de los patrimonios familiares se suma la posibilidad de que muchos mexicanos se queden sin empleo porque sus centros de trabajo resultaron dañados, y eso desequilibrará la economía del hogar y nacional, manifestó.

Deterioro, parejo al sexenio

Criticó que la inversión pública se haya deteriorado significativamente en los cinco años pasados, periodo que coincide con el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Con ello, el rubro representó apenas 2.8 por ciento del PIB en el segundo trimestre del año, el segundo porcentaje más bajo sólo superado por el correspondiente al primer trimestre desde 1939, de acuerdo con los registros del Ceesp.

Entre abril y junio de 2017 la inversión pública cayó 11.4 por ciento a tasa anual y además de que fue la más pronunciada desde principios de 2016, se acumularon 14 meses consecutivos de retrocesos en dicho rubro, lo que sin duda será una limitante para un mayor ritmo de crecimiento de la economía del país.

Además, indicó que los resultados más recientes en algunos indicadores, como producción industrial y consumo, parecen mostrar cierto debilitamiento a partir de la segunda mitad del año, lo que aunado a los embates naturales de ciclones, huracanes y ahora hasta los sismos que tuvieron un efecto devastador en diversas zonas del país, podrían poner en riesgo la mejora en las expectativas de crecimiento.

El organismo puntualizó que para crear condiciones que erradiquen la vulnerabilidad patrimonial en que se encuentra la mayoría de la población, situación que quedó en evidencia con los sismos, así como para forjar un futuro próspero para el país, se debe fomentar la inversión, el ahorro y la creación de empleos mejor remunerados y mejores condiciones, así como seguridad en una tarea que va más allá de la ayuda coyuntural.

Sin inversión pública se inhibe el crecimiento económico del país porque con ella se crea infraestructura, y ésta deber ser suficiente y de calidad para incidir positivamente en los niveles de educación, salud, seguridad y comunicaciones, que a su vez favorecen en la competitividad y productividad.

El retroceso en inversión pública durante el segundo trimestre significa una incidencia negativa de 0.4 puntos al PIB, con lo que en conjunto el total de gasto de gobierno restó 0.4 puntos al crecimiento, precisó el Ceesp, el cual depende del Consejo Coordinador Empresarial, organismo cúpula del sector privado.