Lunes 25 de septiembre de 2017, p. 14
Cientos de globos blancos se lanzaron ayer para despedir a los alumnos que murieron en el colegio Enrique Rébsamen.
En la explanada de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y San José se ofició una misa, a la que acudieron unas 500 personas, entre papás y mamás acompañados de sus hijos.
En la iglesia, que está ubicada cerca de donde se derrumbó el edificio, el sacerdote invitó a los padres de familia a despedir a los niños con este gesto simbólico.
Los asistentes soltaron los globos, en algunos iban escritos los nombres de los infantes fallecidos, y luego dieron un largo aplauso en honor a las víctimas.
También se leyeron los nombres de los 21 pequeños y cuatro adultos que murieron y de quienes aún están hospitalizados.
Quienes organizaron este homenaje prefirieron realizarlo en el exterior, debido a que los estudiantes y maestras aún tienen temor de estar en lugares cerrados. En grupos, las familias se abrazaban y expresaban su tristeza.
La misa duró una hora y a decir de varios padres de familia les ayudó para fortalecer con su presencia a las familias que perdieron a sus hijos o que siguen lesionados.
A los niños que salieron ilesos físicamente, pero no emocionalmente, les permitió decir adiós a sus amigos y saber que no son los únicos que sienten dolor
, reseñó un papá.