Temen que baje apoyo de voluntarios
Lunes 25 de septiembre de 2017, p. 13
Este lunes, cuando se reanudan las clases en los nivel medio y superior de educación y muchos volverán a sus actividades cotidianas, se teme que baje la presencia de voluntarios para ayudar en el rescate en los edificios de las calles Gabriel Mancera y Escocia, así como Edimburgo, donde ayer centenas de jóvenes llegaron e hicieron largas filas para ayudar.
Aquí la búsqueda es por Juan Carlos Irigoyen, Anayelli Juárez y Yadira, quienes estarían bajo los escombros de los dos edificios colapsados en esas calles. La llamada zona cero
está bajo control de las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, mientras que Seguridad Pública de Ciudad de México controla los accesos de paso para los brigadistas, el equipo y los alimentos. Pero en primera línea, quienes reciben a la gente y los donativos, son los voluntarios.
En el transcurso del domingo no hubo noticias alentadoras sobre el rescate, pero la ayuda no cesó. Continuó el abasto de herramientas, cubrebocas, comida, agua. Llegaron médicos, carpinteros, masajistas y sicólogos. De varias casas, por las rejas o ventanas, los vecinos colgaron multicontactos para que los voluntarios cargaran sus teléfonos equipos celulares.
Impulso de ayuda
Sin embargo, los requerimientos no tienen fin. Por el acceso de San Borja y Gabriel Mancera, una brigadista voceaba: quienes quieran ayudar a sacar escombro acudan a Heriberto Frías
. Decenas se encaminaron a ese acceso. Minutos después pidió: una enfermera
. Y de entre la fila salió una mujer. Los llamados a través de las redes sociales también tuvieron respuesta rápida. Si se pedían cubrebocas, éstos llegaban. Se requirió un topógrafo con equipo, éste apareció. Ya casi al anochecer se pidió la presencia de hombres voluntarios para hacer trabajos más pesados.
Después del mediodía llegó un equipo de 22 terapistas corporales, que en días pasados estuvo en los edificios caídos de Bretaña y en San Gregorio, Xochimilco, y acudieron aquí para aliviar el dolor físico de brigadistas y quien lo requiriera, explicó Sandra Vélez.
Diana Hernández, quien participa en este control de acceso desde el viernes pasado pidió que no cese el apoyo, cada día será crítico para avanzar lo más que se pueda. Han llegado miles de personas. Muchos jóvenes, los que se ven fresas, hipsters, estudiantes, albañiles que en la tarde terminan su trabajo en la obra y vienen aquí a seguir la labor. Muchos volverán a sus actividades, pero no dejen de venir, hay que buscar tiempo
.
Mencionó que en algún momento llegaron a tener demasiados víveres y donativos en el centro de acopio, que enviaron una parte a Morelos y Puebla, donde también hay damnificados. Diana dijo que ha habido mucha ayuda y recordó algo que escuchó por ahí. La tierra nos sacudió para que despertáramos. Tremenda sacudida para reaccionar
.