Proyecto de presupuesto para 2018
l pasado 8 de septiembre el ejecutivo federal entregó al Congreso vía Hacienda la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (ILIF), el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) y los Criterios de Política Económica correspondientes al ejercicio 2018.
Marco económico
En los Criterios, la Secretaría de Hacienda incluye sus estimaciones relativas al comportamiento de diversas variables económicas, las cuales dan base a la presupuestación (Gráfico 1).
En ellos reconsidera el crecimiento económico (PIB) para este año en 2.3% (media 2.0-2.6) y para 2018 en 2.5% (2.0-3.0); la inflación anual de este año la ubica en 5.8% y la de 2018 en 3.0%; el tipo de cambio promedio en 2017 lo estima de 18.70 pesos por dólar y en 2018 de 18.10; y el déficit externo en cuenta corriente lo estima de -20 mil 457 millones de dólares este año y -23 mil 300 en 2018.
Balance fiscal
Para 2018 el Presupuesto plantea un déficit fiscal (económico) de -466 mil 685 millones de pesos (10% inferior al de 2017), el cual resulta de ingresos presupuestarios por 4.735 billones (3.6% más que en 2017) contra un gasto neto de 5.202 billones (2.2% sobre 2017) (Gráfico 2).
Si de este gasto se quita el costo financiero de la deuda (intereses básicamente) que se calcula ascenderá a 664 mil millones de pesos se obtiene el superávit primario de 197 mil millones que se espera en 2018.
Para cubrir el déficit fiscal (que existe por la baja captación de impuestos de causantes mayores), el gobierno federal busca contratar nueva deuda interna por 503 mil millones de pesos y externa por 11 mil 700 millones de dólares (Gráfico 3).
El gasto y la austeridad
Después de los severos recortes aplicados a varios rubros básicos en este año, para 2018 se plantea un gasto presupuestal de 5.236 billones de pesos, cifra 2.2% superior a la aprobada para 2017 (Gráfico 4), aunque su incremento total no lo exime de nuevos recortes impresentables.
Destacan en particular los recortes reales que, en adición, el gobierno plantea aplicar en 2018 a rubros sensibles. como:
• Agricultura y ganadería, donde se reduce -13.7% el presupuesto frente a necesidades crecientes de inversiones y apoyos al campo, los cuales van en descenso.
• Comunicaciones y transportes -13.5% cuando el país reclama cobertura y eficiencia, carreteras transitables, ferrocarriles que no sean chatarra ni se sientan dueños del país,...
• Salud -4.9%, cuando las necesidades y carencias en este rubro son inmensas
• Desarrollo social -3.6%, sin comentarios.
• Educación pública -1.9%
• Turismo -10.6%
• Cultura -10.5%
• Ciencia y tecnología -4.9%
• Energía -2.8%
• Medio ambiente y recursos naturales -2.1%
• Auditoría Superior de la Federación -6.8%.
Cuando se confunde sanear estructuras con recortar fondos se comete un grave error; hay que sanear ciertamente y hacer más eficiente el gasto, pero no disminuirlo en áreas de claro interés social y económico.
No por nada hay protestas crecientes de infinidad de grupos y comunidades afectadas: indígenas, campesinos, maestros, médicos y enfermeras, investigadores y científicos, creadores y artistas,... Hasta quienes cuestionamos su actuación nos preguntamos si a la Procuraduría General de la República se le deben regatear recursos (-2.6%).
En el otro extremo, la Defensa Nacional recibe 11.9% de incremento y la Marina 14.1%.
Más allá del bien y del mal, las remuneraciones de nuestra inefable alta burocracia gozan de cabal salud (Gráfico 5)
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