Transportistas amenazan con paralizar al país el próximo lunes
Viernes 22 de septiembre de 2017, p. 35
París.
Decenas de miles de opositores a la reforma laboral que impulsa el presidente francés, Emmanuel Macron, volvieron a salir a las calles este jueves para exigir el retiro del proyecto, que consideran una regresión de los derechos de los trabajadores.
Miles de personas marcharon desde el mediodía en la capital francesa y en las principales ciudades del país, en medio de una nube de banderas sindicales y globos multicolores. Macron, marioneta de los patrones
, se leía en una pancarta.
Las manifestaciones reunieron a 132 mil personas en toda Francia, de acuerdo con el Ministerio del Interior, frente a las 223 mil en la primera gran jornada del 12 de septiembre.
La Confederación General del Trabajo (CGT), que calculó en 500 mil los manifestantes en aquella ocasión, reconoció que la cantidad de personas en la movilización de este jueves fue un poco inferior
, sin dar cifras.
Estamos decididos, esta reforma no debe pasar. Es un verdadero drama para los jóvenes del país
, declaró este jueves Philippe Martinez, líder de la CGT.
Tras la acción de los sindicatos llegará el turno de la movilización política, con otra manifestación convocada el sábado por la izquierda radical.
No obstante, y pese a una abrupta caída en los sondeos, Macron no tiene intención de ceder ante esta reforma, que fue una de sus principales promesas de campaña.
Creo en la democracia, pero la democracia no es la calle
, zanjó el jefe de Estado el martes en una entrevista con la cadena CNN.
Respeto a los manifestantes, pero también a los electores franceses que votaron por el cambio
, agregó el gobernante centrista, cuyo partido obtuvo una holgada mayoría en la Asamblea Nacional, en junio pasado.
La reforma laboral impulsada por Macron incluye medidas para limitar el máximo de compensaciones para los trabajadores en caso de conflicto laboral, o la posibilidad de llegar a acuerdos laborales en las empresas de menos de 50 empleados sin necesidad de que haya representantes sindicales.
El objetivo del gobierno es dar más flexibilidad a las empresas y alentarlas a contratar más para luchar contra el desempleo, que afecta a 9.5 por ciento de la población activa en Francia, más que la media europea, de 7.8 por ciento.
La reforma laboral de Macron será presentada el viernes en un consejo de ministros para una aplicación casi inmediata.
El frente sindical está dividido. Aunque todos los sindicatos estiman que la reforma debilitará los derechos de los trabajadores –una visión que comparten la mayoría de los franceses, según los sondeos– varios desistieron de salir a las calles.
No obstante, las próximas semanas se anuncian difíciles para Macron, con varias manifestaciones previstas en contra de los recortes que ha anunciado.
Los transportistas prometen una movilización masiva
para el lunes, que podría paralizar parcialmente a Francia.