Washington.

Las autoridades migratorias estadunidenses quieren transmitir un mensaje claro a familias en México y Centroamérica: no merece la pena cruzar la frontera sin documentos, aun si los coyotes insisten en que las llamadas ciudades santuarios servirán de refugio.

Thomas D. Homan, director interino del Servicio de Inmigración y Aduanas, advirtió el lunes que las organizaciones criminales dedicadas al tráfico ilegal de personas buscan convencer a clientes potenciales al sur del río Bravo de que ahora se puede ingresar a Estados Unidos sin papeles, ya que la renuencia de algunos gobiernos locales y estatales de cooperar con las autoridades migratorias puede servirles de refugio.

No hay santuario ante la aplicación de las leyes migratorias, dijo Homan ante medios de prensa latinos. Nueva York, Chicago, Los Ángeles pueden hacer lo que quieran con sus leyes locales, pero aun así el ICE estará allí para aplicar las leyes.

La Federation for American Immigration Reform (FAIR), organización que busca restringir la inmigración a Estados Unidos, identificó en enero 300 ciudades santuarios en todo el país que rehúsan colaborar en materia migratoria con el objetivo de generar mayor confianza entre sus comunidades inmigrantes.

Homan adelantó que ICE incluso enviará agentes adicionales a esas jurisdicciones, sin especificar una cantidad ni una fecha.

El funcionario precisó que durante el año fiscal en curso que comenzó el primero de octubre de 2016, su despacho ha arrestado a 97 mil inmigrantes no autorizados, de los cuales más de 70 por ciento tienen antecedentes criminales.

Por su parte, la jefa interina de la Patrulla Fronteriza, Carla Provost, pidió a las familias que se inhiban de cruzar la frontera ilegalmente o de enviar a sus hijos solos, porque los riesgos son tan grandes que durante la última década han fallecido más de 4 mil 200 personas intentando ingresar a territorio estadunidense sin autorización.

Provost señaló que la Patrulla Fronteriza ha arrestado en la frontera con México este año fiscal a 293 mil inmigrantes, lo que supone una disminución de 24 por ciento respecto del periodo previo. Más de 170 mil de esos detenidos son guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, y más de 40 mil son niños sin acompañante adulto.