Ocho de cada 10 suicidas tienen como motivante una enfermedad mental, principalmente la depresión y en segundo lugar el consumo de ciertas sustancias, sobre todo de alcohol en los adultos y drogas entre los jóvenes, señaló Eduardo Madrigal de León, director general de los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud (Ssa).

En el contexto del simposio La prevención del suicidio en México, realizado en el hospital siquiátrico Fray Bernardino Álvarez, precisó que también las conductas impulsivas tienen incidencia en este fenómeno.

Subrayó que para bajar los índices de suicidio en el país se debe diagnosticar y atender a tiempo –en todo el sistema de salud– la depresión, las patologías derivadas del consumo de sustancias sicotrópicas y el trastorno por déficit de atención en los niños.

Con motivo del Día Internacional de la Prevención del Suicidio, que se conmemora el 10 de septiembre, señaló que por lo menos una vez en la vida 18 por ciento de la población va a tener depresión, es decir, una de cada cinco, y en este momento hasta 5 por ciento de las personas están deprimidas.

Enrique Chávez León, presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana precisó que en 2014 en México hubo 6 mil 300 suicidios, es decir, una tasa de 5.5 por cada 100 mil habitantes. De ellos 2 mil 424 fueron adolescentes y adultos jóvenes (15 a 29 años).

Jetzamín Gutiérrez Muñoz, gerente de salud y bienestar social del Sistema de Transporte Colectivo Metro informó que en lo que va del año se han suicidado 23 personas en el Metro y se evitaron 34 casos. El año pasado 29 personas se quitaron la vida en instalaciones de este transporte.

De quienes se quitan la vida arrojándose a las vías del Metro, 60 por ciento son hombres y el resto mujeres. La edad promedio es de 32.5 años.

Madrigal de León informó que ante el endurecimiento de las medidas migratorias en Estados Unidos y ahora el término del programa DACA, el titular de la Ssa, José Narro Robles, instruyó a los servicios de atención siquiátrica y al Instituto Nacional Ramón de la Fuente Muñiz a desarrollar una estrategia de atención mental dirigida a migrantes, tanto para aquellos connacionales que son deportados cómo para aquellos que provienen de Centroamérica y el resto de Latinoamérica.

Explicó que los migrantes son un grupo vulnerable a sufrir trastornos mentales debido a su situación de inestabilidad.

Indicó que los repatriados experimenta un shock, pues se enfrentan a perder lo logrado en Estados Unidos lo que incide en que desarrollen ansiedad y depresión.

Dijo que ante esta situación suponemos que puedan incrementarse no solamente los problemas relacionados a la conducta suicida, sino a la salud mental en general.

En el país los trastornos mentales afectan a cerca de 30 por ciento de la población en algún momento de su vida, muchos de ellos inician desde la adolescencia y continúan en al vida adulta. 

Hasta 39 por ciento de los adolescentes presentan algún trastorno mental y el más frecuente es el consumo de drogas prohibidas (24.5 por ciento), seguidos de trastornos del estado de ánimo, incluyendo la depresión (14 por ciento), alteraciones de conducta (14.2), de ansiedad (7) y con menos frecuencia de la alimentación.

Cuando los trastornos mentales se presentan en la niñez o adolescencia el riesgo suicida aumenta cinco veces, en las mujeres es inclusive mayor. En la población adulta aumenta el riesgo 11 veces.

Madrigal de León, dijo que los intentos de hacerse daño van de uno a 25, pero advirtió que a medida qué hay más intentos, mayor es la posibilidad de consumarlo.

Las mujeres eligen métodos menos agresivos que los hombres. Optan por las sobredosis de medicamentos y cortarse, mientras que los varones lo intentan con las armas de fuego y los ahorcamiento.

A escala global más de 800 mil personas se suicidan cada año, hay una muerte cada 40 segundos. El suicidio es la segunda causa de defunción entre los jóvenes de entre 15 y 29 años de edad.