Al concluir el presente año, el monto de la deuda pública total se reducirá a un nivel de entre 49 y 48 por ciento del producto interno bruto (PIB), anunció el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña.

Al acudir a la reunión plenaria de los diputados del PRI –en el Palacio Legislativo de San Lázaro–, desglosó las circunstancias que definieron la reducción del monto de endeudamiento, cuyo tope se alcanzó en diciembre con 51.5 por ciento del PIB.

La disminución de la deuda se ubicaría entre 300 mil y 400 mil millones de pesos, que significarían 1.5 o 2 por ciento del indicador de la producción total en el país.

“Es un tema que depende de la evolución de dos factores: por un lado, de la evolución puntual del déficit, y por otro, de la evolución de la economía, de la evolución del producto interno bruto, y la suma de esos dos; de hecho, la división entre esos dos nos da el porcentaje de deuda del PIB.

En el último corte que hicimos al primer semestre, lo que se aprecia es, por un lado, una mejor evolución de la que se estimaba al principio de año de la economía y, por otro, que hemos tenido algunos recursos extraordinarios que por ley, tendríamos que destinar a mejorar nuestro balance público y, adicional a eso, el presupuesto establecía que tendríamos un superávit primario.

Así, dijo, la combinación de esos tres elementos: de un mejor desempeño en lo económico, de recursos extraordinarios que por ley tenemos que destinar a mejorar el balance y de una trayectoria de ingreso y gasto que nos llevaría a un superávit primario, permitirá que la deuda que cerró en 2016 en 50.5 por ciento del PIB, los requerimientos financieros del sector público, los requerimientos históricos financieros del sector público, se reduzcan a entre 49 y 48 por ciento.

Esto es, no solamente se estabilizará la deuda del porcentaje al PIB, sino que es muy probable que en 2017 tengamos una caída, por primera vez en muchos años, en este indicador.

Al preguntarle si se prevén recortes al gasto público el año próximo, debido a la contracción, Meade replicó: “Aún no, lo seguimos trabajando, hay algunos trazos ya del paquete que se han venido haciendo públicos porque se han venido legislando y se han venido comprometiendo en el tiempo.

Alguna de las características que vamos a buscar cumplir es que los requerimientos financieros del sector público alcancen hacia el final de la administración 2. 5 por ciento del PIB. Eso se comprometió desde los criterios de política económica en 2013, se reiteró como programa de gobierno en 2014 y serán los elementos que den anclaje a lo que presentemos en el presupuesto.

Explicó que la evolución de los ingresos, con el déficit menor da un techo de gasto y ese techo de gasto, habiendo acomodado las presiones, sobre todo de aquellos componentes que crecen más rápido que la recaudación, como el gasto en pensiones, habrá de desdoblarse en los techos de cada una de las dependencias para someterlas a la consideración del Congreso.

Seguimos en el proceso de ajustes, seguimos buscando que el paquete incluya los mejores elementos de información. Todavía la primera semana de septiembre habremos de recibir la última encuesta que levanta el Banco de México con las expectativas de los analistas, para que los elementos del marco macro que se desdoblan en estos techos de gasto estén lo más actualizados posible.