La docencia transmite conocimientos y forma a los estudiantes en diferentes profesiones, pero junto con ello tiene el deber de crear y trasladar saberes necesarios para atender las necesidades sociales, afirmó el rector de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos.

Esto supone una tensión entre lo que quieren los estudiantes y lo que reclaman la universidad y la sociedad para su transformación. Los muchachos vienen a obtener una carrera, a tener un título que les permita trabajar con un ingreso suficiente. No quieren ser inquietados, no quieren ampliar sus horizontes.

Sin embargo, las instituciones de educación superior no estamos al servicio de lo que quieren nuestros estudiantes, sino al servicio de la sociedad y de su transformación. Y hemos de ampliarles los horizontes y sensibilizarlos, concientizarlos y problematizar sus certezas, problematizar sus deseos y tensionarlos respecto de lo que ellos esperan recibir.

Falta de fondos obliga a priorizar investigación: Fernández Dávalos

De esta manera se pronunció el rector en relación con La universidad como agente de transformación social, tema de una conferencia que ofreció a la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina.

Consideró que una docencia pertinente es aquella que crea profesionales con una nueva perspectiva, con ganas de comprometerse y con visión amplia de su profesión.

Sobre las labores de investigación que realizan las instituciones de enseñanza superior, dijo que reconoce y valora que se necesita hacer investigación pura, disciplinar, abstracta, pero con tan pocos recursos con que contamos las universidades de la Compañía de Jesús hemos de priorizar esa investigación que nos puede orientar como universidad e incidir en la transformación de la realidad.

Así, dijo, la investigación institucional tiene una única finalidad: resolver necesidades del conjunto social y transformar la realidad para hacerla mejor.