El gobierno mexicano ha incumplido leyes y ordenamientos de protección para la vaquita marina, ha sido negligente y omiso, en particular, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) y el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca).

Eso ha llevado, en los pasados cinco años, a un declive acelerado de la población de esta especie, que está en inminente riesgo de extinción con alrededor de apenas 30 ejemplares.

El Centro para la Diversidad Biológica, Comarino, Defenders of Wildlife, Greenpeace y Teyeliz señalaron lo anterior y precisaron que Mario Aguilar, titular de la Conapesca, ha entorpecido los esfuerzos para salvar a la vaquita y ha ignorado las recomendaciones de expertos internacionales y sus obligaciones de ley.

Apuntaron que de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en 2015 la Conapesca estuvo ausente en la vigilancia de la veda de ocho especies protegidas, entre ellas, la curvina golfina, en Sonora, cuyas cuotas de captura crecieron hasta 86 por ciento entre 2012 y 2017, y ha dado más permisos para embarcaciones en el Alto Golfo de Californa hábitat de la vaquita, pese a que los programas y ordenamientos sugieren una disminución del esfuerzo pesquero en la zona, como consta en la Carta Nacional Pesquera de 2012, documento que tampoco ha sido actualizado, pese a que debe renovarse cada año.

También la ASF ha hecho recomendaciones a la Conapesca para que cumpla con su obligación de promover un modelo de pesca sustentable, que hasta ahora no ha acatado. Incluso el Comité Internacional de Recuperación para la Vaquita marina ha señalado que el sector pesquero es una pieza clave para la protección de esta especie.

Las organizaciones señalaron que la negligencia de la Conapesca ha impactado negativamente en la supervivencia de la vaquita marina y en las comunidades pesqueras del Alto Golfo, ya que en lugar de impulsar la reconversión de artes de pesca, ha retrasado permisos, pero ha autorizado el uso de redes camaroneras, perjudiciales para la marsopa.

Recordaron que en 2015 el presidente Enrique Peña emitió una veda temporal que prohibía el uso de redes de enmalle con una vigencia de dos años, tiempo en que el Inapesca y la Conapesca debieron desarrollar artes de captura que no afecten a la vaquita para que los pescadores pudieran volver a su actividad. El plazo se cumplió, hubo dos extensiones de la veda de 30 días y hasta la fecha, la autoridad pesquera no ha implementado estas alternativas para las comunidades.