Nueva estrategia permite identificar virus en mosquitos desde que son larvas
Mientras en 2013 se reportaron 64 mil casos, el año pasado se registraron 18 mil: Cenaprece
Los pesticidas usados durante 40 años no funcionaron; los insectos desarrollaron resistencia
Martes 29 de agosto de 2017, p. 31
Desde su etapa de larva es posible identificar el tipo de virus que porta el mosquito transmisor de dengue, zika y chikungunya. También, mediante ovitrampas, se sabe si en determinada zona circula el insecto, e incluso si el plaguicida es efectivo para eliminarlo.
Estas y otras acciones forman parte de la estrategia integral que realiza la Secretaría de Salud (Ssa), con la cual, por primera vez, se logró la disminución en el número de afectados por dengue durante tres años seguidos.
De casi 64 mil casos reportados en 2013 se pasó a menos de 18 mil en 2016, afirmó Jesús Felipe González Roldán, director del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) de la Ssa. La tendencia a la baja se mantiene este año. Al 21 de agosto se han confirmado 3 mil 945 casos, mientras en la misma fecha de 2016, la cifra era de 6 mil 986, es decir, la disminución es de 43.47 por ciento.
El funcionario explicó que el conjunto de medidas puestas en marcha, con el fin de anticiparse a la aparición de brotes, dio un giro diferente a la lucha que durante años se había librado, sin éxito, contra el mosquito (el cual es el vector).
Vigilancia puntual
Ahora es diferente, señaló, porque la estrategia involucra actividades de vigilancia entomovirológica durante todo el año y cada semana, de manera puntual, para revisar las ovitrampas. Hay 250 mil de ellas instaladas en todo el país y se revisan, por lo menos 90 por ciento.
Son recipientes que se llenan con agua y adentro se les coloca papel pellón, en el que los mosquitos depositan sus huevecillos, los cuales, en el transcurso de ocho días, crecen y se convierten en adultos. Por eso la vigilancia de los depósitos se hace de forma semanal.
En entrevista, González Roldán explicó que el Cenaprece cuenta con un sistema electrónico que le permite conocer la ubicación de cada ovitrampa por municipio, sector y manzana. De igual forma, conoce en tiempo real la actividad de los trabajadores, así que, si llega a haber un brote de alguna de las enfermedades que transmite el mosquito Aedes aegypti, la Ssa puede identificar la causa.
Si en la revisión se encuentran larvas, de inmediato la jurisdicción sanitaria procede a fumigar esa zona, en exteriores y dentro de los domicilios, así como a realizar las actividades de promoción y limpieza de patios. El funcionario puntualizó que esto se ha traducido en un uso más eficiente de los recursos. El plaguicida dejó de utilizarse de manera indiscriminada, con lo que la inversión en este rubro se ha mantenido estable en 200 millones al año.
Mientras, las 13 unidades de bioensayo realizan las pruebas que identifican los virus. Además, cada año, en colaboración con la Sociedad Mexicana de Salud Pública, se evalúa la resistencia a los plaguicidas. En 2014 se hizo el primer estudio y se encontró que los productos de tipo piretroides, que durante 40 años se utilizaron para combatir al insecto, no funcionaban.
Los mosquitos se hicieron resistentes a ese tipo de plaguicida, así como se han ido adaptando a lugares de mayor altitud sobre el nivel del mar. Antes sólo sobrevivían en las costas y climas tropicales.
Debido a estos resultados, de momento, la Ssa no considera urgente introducir la vacuna contra el dengue. El director del Cenaprece explicó que el biológico es una herramienta complementaria que en algún momento, probablemente se utilizará en zonas específicas del país.