La desigualdad en México en 2016 se evidenció con una diferencia de ingresos de 21 veces captados entre los hogares con mayores y menores percepciones, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Pese a la recuperación paulatina de los ingresos en México, todavía no se logran alcanzar los que había en 2008, un año antes de la crisis financiera mundial.

De acuerdo con los resultados de la nueva serie de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) 2016, 30 por ciento de casas con mayores ingresos concentra 63.3 por ciento de ingresos corrientes totales, mientras 30 por ciento con menores participan con 9 puntos porcentuales.

Según el sondeo, que se realiza cada dos años, el aumento porcentual del promedio por hogar del ingreso corriente entre 2014 y 2016 fue de 2.1 por ciento en términos reales, al pasar de 42 mil 115 pesos en 2014 a 43 mil 36 en 2016.

Es importante señalar que dividiendo el total de los hogares en 10 bloques iguales y ordenándolos de menor a mayor nivel de ingresos, se obtienen los deciles para analizar la distribución de los recursos.

Los hogares del primero tuvieron un ingreso promedio al trimestre de 8 mil 166 pesos, es decir, 91 por día, lo cual equivale a 2 mil 722 mensuales.

A su vez, los hogares en el décimo decil registraron un ingreso trimestral de 168 mil 855 pesos, lo que representa 56 mil 285 mensuales o unos mil 876 diarios por casa.

De esta manera, el décimo decil de los hogares en México captó 21 veces más recursos que el primero.

Julio A. Santaella, presidente del Inegi, explicó que existen dos fenómenos que se producen durante las encuestas: en los hogares no se dan a conocer los ingresos de manera cabal. En los que tienen menores índices de ingresos puede haber temor por la pérdida de algunos programas sociales, y en los que tienen mayores puede haber miedo por una situación de fiscalización por la autoridad tributaria.

Es una realidad que hogares muy específicos, en particular aquellos que tienen ingresos extremadamente elevados, va a ser prácticamente imposible que caigan en la muestra, es decir, la probabilidad de que una casa con ingresos muy elevados salga en la muestra es de casi cero.

Así, “hay un truncamiento de la muestra. Estos hogares no van a estar incluidos. El fenómeno o consecuencia de esa distorsión es que hay una subestimación de la desigualdad.

Si nos quedamos de manera exclusiva en encuestas, en hogares, si lo comparamos con la información macroeconómica, exste una situación de subestimación del ingreso.

Esos estudios, aseguró, estiman de manera tentativa que esta subdeclaración podría oscilar, por ejemplo, entre 25 por ciento para los deciles de menores ingresos (hogares más pobres), hasta más de 100 por ciento para los más elevados (hogares más ricos).

De la misma manera, el hecho de que hay evidencia de un truncamiento sugeriría que el tema de la desigualdad es más marcada de lo que las encuestas en ingreso-gasto en los hogares nos dan, destacó.

Por otra parte, los datos oficiales señalan que el ingreso corriente promedio trimestral por hogar en 2008 era de 46 mil 901 pesos un año antes de la crisis financiera de 2009 y superior a los obtenidos en 2016, cuando se alcanzaron 43 mil 36 pesos, de acuerdo con el modelo estadístico del año pasado.

Por su parte, el gasto corriente monetario total trimestral en 2016 fue estimado en 941 mil 800 millones de pesos, por lo que el gasto promedio trimestral por hogar es de 28 mil 143 pesos. Sus principales rubros son: alimentos, bebidas y tabaco, con 35.2 por ciento del total; transporte, 19.3, y educación, 12.4. En el rubro que menos gastan los hogares mexicanos es en salud, con apenas 760 pesos trimestrales, equivalentes a 2.7 por ciento del total.

Por entidad federativa, Nuevo León y Ciudad de México reportaron el mayor ingreso corriente promedio trimestral por hogar: 87 mil 653 y 70 mil 834 pesos, respectivamente.

El menor gasto promedio trimestral por hogar lo reportaron Oaxaca y Chiapas, con 17 mil 991 y 16 mil 171 pesos cada uno.