Construir el estado de derecho es la única solución para actuar contra el crimen organizado y el narcotráfico. Esa es la convicción de Antonio Luigi Mazzitelli, quien tras ocho años en México en estos días termina su misión como representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés).

Uno de los objetivos que considera que no concluyó fue modificar la tendencia mexicana de relacionar todos los crímenes con el tráfico de drogas. No he logrado personalmente cambiar esta retórica. Desafortunadamente todavía no se entiende que el crimen tiene muchos mercados y que el narcotráfico es solamente uno de ellos.

Mazzitelli llegó en septiembre de 2009 a la oficina regional de Unodc para México, Centroamérica y El Caribe. Ahora se hará cargo de la coordinación de la estrategia de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en Latinoamérica y El Caribe. Aún no se define quién será relevo en México, pero llegará pronto, dice Mazzitelli.

Explica en entrevista que las organizaciones criminales operan en una multicidad de mercados. Algunos de ellos son ilícitos, como las drogas, pero otros son lícitos. Por ejemplo, el de los combustibles. Las gasolinas no son un producto ilícito, pero hay contrabando de energéticos.

Considera importante comprender lo que llama las distintas tipologías de los mercados criminales, pues hay diferentes soluciones para ellas. Hay que empezar a trabajar en este sentido, sobre todo fijando objetivos de políticas judicial a escala territorial, fijando prioridades, sobre todo en términos de reducción de la violencia.

Otros asuntos en los que piensa que hace falta avanzar son la cultura de la legalidad y la formulación de una verdadera política de drogas que responda realmente a las necesidades de México y no a las de otros países.

Reflexiona que al término de su misión ve los problemas que tiene el país, pero también las capacidades para superarlos y construir un México más fuerte y con mexicanos más fuertes.