El Aveo, fabricado por General Motors (GM) y uno de los autos más populares y vendidos en México en los pasados cuatro años, se convirtió en el segundo vehículo más inseguro que circula en el país, después del Tsuru de Nissan, que este año dejó de producirse, denunció la organización El Poder del Consumidor (EPC).

Lo que sucede con el Aveo es un claro ejemplo del doble estándar de seguridad de la industria automotriz y de cómo los consumidores mexicanos somos discriminados al no poder acceder a los dispositivos de seguridad desde las versiones básicas de algunos autos, señaló Stephan Brodziak, coordinador de la campaña de seguridad vehicular de EPC.

Si bien GM ya colocó dos bolsas de aire en el modelo 2018 del Aveo y así lo promociona como parte de su estrategia de publicidad, no las incluye en sus versiones básicas. Además, ninguno de sus modelos cuenta con dispositivos esenciales de seguridad, obligatorios en Europa y Estados Unidos, como el sistema de frenos antibloqueo (ABS) y el Control Electrónico de Estabilidad (ESC), que sirve para evitar derrapes, detalló.

Un auto básico que se fabrica y vende en Estados Unidos, como es el caso del Spark, cuenta con un equipamiento de 10 bolsas de aire, frenos ABS, el Control Electrónico de Estabilidad y el sistema Lacht de retención infantil, en contraste con el Aveo que se vende en México, que carece de todas estas especificaciones de seguridad, ejemplificó Brodziak.

El Aveo es un peligro para los consumidores mexicanos y desde 2009 ocupa el segundo lugar en la lista de los 10 vehículos ligeros más inseguros en el país, seguido del Figo, Grand i10, March, Mirage, Sandero, Spark, Tiida y Versa. Este listado coincide con los autos más vendidos en México, sentenció.

Son modelos de 2017 y 2018 que no se podrían exportar a Estados Unidos, Canadá o Europa, que siguen las recomendaciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para la seguridad vehícular. Y eso que la industria automotriz mexicana fabrica autos muy seguros que envía al mercado exterior, aseveró Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.