María Fernanda Gómez, César Castillo, Marco Delaye y Rafael Rivera, jóvenes de entre 17 y 18 años, son cuatro de los nueve estudiantes que egresaron del bachillerato con promedio de 10. Su técnica, dijeron, fue ser constantes, dar un extra, fijarse una meta, ser curiosos y tener iniciativa.

Los cuatro ingresaron, por pase reglamentado, a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Reconocieron que para alcanzar ese nivel realizaron sacrificios que valen la pena. También señalaron sentir presión por ser considerados inteligentes, pues las personas cercanas esperan que sepas todo.

Antes de su paso por el Colegio de Ciencias y Humanidades Sur, Fernanda Gómez había mantenido calificaciones cercanas al 10, pero fue hasta el bachillerato cuando se planteó el reto de mantener ese promedio. Para ella, la clave ha sido tener iniciativa para aprender, mejorar y también organizar su tiempo.

En entrevista, aseguró que la inteligencia se puede desarrollar, y no es cuestión de género ni edad: cualquiera puede. No obstante, señaló que destacar puede traer consigo ser excluida, por lo que en su caso, dijo, trataba de ocultar su promedio.

Para César Saith Castillo, egresado de la Escuela Nacional Preparatoria No 2 Erasmo Castellanos Quinto, el mantener este promedio es reflejo de hacer bien las cosas y dar un poquito extra. Tratar de hacer lo mejor.

Presión social

Consideró que no es imposible sacar buenas calificaciones. Sobre ser percibido como una persona sobresaliente, aceptó que en algunas ocasiones se siente presión de hacer las cosas bien, porque (los demás) están esperando lo mejor, pero hay que controlarlo. Su mayor sacrificio fue trasladarse a la escuela, pues vive en Ixtapaluca, estado de México, lo que le representaba hora y media de camino.

Ser constante fue la clave para Marco Antonio Delaye, egresado de la Preparatoria número 6 Antonio Caso. También ser apasionado y curioso, pero sobre todo aconseja nunca darse por vencido. A través de los años, en el bachillerato se presentaban circunstancias en las que se me dificultaba organizar mis tiempos, pero poco a poco fui tomando el hábito del estudio.

Ante las circunstancias difíciles que enfrentan los jóvenes, pidió que se les apoye más. Necesitan un guía, dijo.

Rafael Rivera Ávalos, egresado también de la Preparatoria 2, señaló que saber lo que se quiere en la vida es parte importante para desempeñarse. La mayoría de las personas piensan que los alumnos que sacan 10 se restringen en varias cosas, como no tener vida social. Yo salía con mis amigos y conocía gente. Mientras encuentres la receta perfecta puedes ser capaz de lograr lo que quieres.

Especificó que para él consistía en levantarse temprano, con ganas, estudiar y preparar exámenes con anticipación.