Mientras más vendan, más pagan, consigna de mafiosos a tianguistas
Extorsiones, cobros por uso de piso o protección son prácticas recurrentes, dicen
Pocos se atreven a denunciar por temor a represalias
Policías están coludidos
Miércoles 26 de julio de 2017, p. 27
Las extorsiones o cobros por derecho de piso
o por brindar seguridad
es práctica recurrente en muchos tianguis que existen en la Ciudad de México, lo cual deja millonarias ganancias a los grupos delictivos.
En entrevista, tianguistas de las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Tláhuac –quienes pidieron el anonimato ante posibles represalias– coincidieron en señalar el modus operandi de los sujetos que se dedican a ese ilícito.
Narran que hombres armados llegan con los dirigentes de los tianguistas, se identifican como parte de los grupos de los Beltrán Leyva, La Unión Tepito, Los Zetas o de los cárteles de Tláhuac o del Golfo y los obligan a que cada uno de sus agremiados cubra una cuota o pago por cada día que vendan, que en el menor de los casos es de 20 a 50 pesos, pero que puede alcanzar hasta 500 pesos.
Su lema es mientras más vendan, más pagan
, asegura Mariano N
, quien desde hace 20 años ocupa un espacio en el tianguis de la colonia San Felipe de Jesús, en la delegación Gustavo A. Madero.
Oscar N
, quien tiene un puesto en el tianguis El Salado, detalla que quienes se niegan a entregar su pago por derecho de piso
o por brindarles seguridad
empiezan por amenazarlos verbalmente; si se mantiene la postura de no cubrir la cuota pasan a los golpes, de ahí al secuestro de los locatarios y pueden llegar hasta a matar a los que no entienden, pues hay grupos muy violentos
.
Tanto ellos como tianguistas de las colonias Nopalera, en Tláhuac, y Casas Alemán, también en Gustavo A. Madero, precisan que ha sido de siempre
la extorsión que enfrentan por esas mafias
, que “en ocasiones llegan a ser grupos delictivos locales que aprovechan el temor de los puesteros de sufrir algún daño a su persona o a sus mercancías.
Esa situación –aducen– ha llevado a que en un mismo centro de venta surjan dos o tres grupos de extorsionadores, quienes incluso se llegan a confrontar con armas de fuego.
Un caso más, precisa Oscar N
, quien comenta que en el tianguis dominical de la San Felipe de Jesús, considerado uno de los más grandes de América Latina, hay entre 25 y 30 mil tianguistas, a muchos de los cuales –comenta– se les pide el respectivo pago, ya sea por una u otra mafia
.
Cuestionados respecto de esos hechos, los tianguistas remarcan que pocos se atreven a denunciar esos casos, que se dan prácticamente en todos los tianguis de esta ciudad, porque hay unos en que los policías y las autoridades de la Procuraduría (General de Justicia de esta capital) están coludidos con los extorsionadores, hay quienes están apadrinados, y denunciar es ponernos en la mira de esa gente
.