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En el año, dos ataques mortales de pitbull

La agresividad de los perros depende de la crianza que reciben
 
Periódico La Jornada
Domingo 23 de julio de 2017, p. 28

En lo que va del año, en la Ciudad de México se han reportado dos ataques de perros, en ambos casos se trató de animales de la raza pitbull. El primero ocurrió en la delegación Iztapalapa y el segundo, hace cuatro días, en Coyoacán. Las víctimas fueron niñas de dos y tres años, quienes sufrieron severas mordeduras en cuerpo y cara que provocaron su muerte.

El miércoles 19 de julio una pequeña de tres años se encontraba en el patio de su casa, localizada en la calle Museo de la colonia Santiago Tepetlapa, Coyoacán, cuando fue atacada por dos perros pitbull.

Lo animales que se encontraban enjaulados en la azotea del inmueble fueron liberados por una mujer de 72 años a cargo de su cuidado. Los animales llegaron a donde estaba la pequeña y se lanzaron contra ella hasta matarla.

El pasado 28 de mayo, en la colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, delegación Iztapalapa, ocurrió el otro ataque. En el patio de su casa, una niña de dos años jugaba con tres de sus hermanos; el mayor de ocho abrió la puerta donde estaba encerrado el pitbull.

El perro se le acercó y el niño le lanzó un manotazo en el hocico. El animal enfurecido se echó encima de su hermana, le mordió la cara y la atrapó del cuello, mientras que otro canino la atacó por los pies. La madre intentó rescatarla, pero fue demasiado tarde, cuando logró retirar al pitbull, la niña ya había muerto.

Ambos padres fueron presentados ante el Ministerio Público por omisiones en el cuidado de los perros. En el primer caso el dueño de los perros y una mujer encargada de alimentarlos estuvieron detenidos, pero quedaron en libertad con reservas de ley.

Raúl Olvera, quien durante varios años se dedicó a la crianza de perros en la zona de San Nicolás, comentó que el pitbull ha sido conocido como un animal salvaje, fuerte y entrenable para peleas. Es una mezcla de staffordshire y bull terri, pero lo han cruzado con muchas otras razas para hacerlo violento.

Expresó que en México se le puede ver como perro de compañía, parece noble, pero depende de la crianza. Tiene una percepción de violencia por su código genético de cruza. También por protección, es así como logró entrar a los hogares.

Encerrarlos o asilarlos no es lo mejor, pero quien lo tiene sabe de su carácter, toman previsiones porque cuando el perro desconoce ataca. Los niños son activos, gritan, saltan y estos animales están alertas y agreden, pero no es contra ellos, sino porque piensan que son el adversario.

Los citados ataques no son los únicos en la capital, en agosto de 2013, María del Carmen Cruz caminaba sobre la banqueta de la calle Monte Pirineos, en la delegación Tláhuac, junto a su pequeño Emanuel, de un año y ocho meses, y su hermana Francisca; iban a visitar a un familiar. Un vehículo invadía la acera y las mujeres decidieron pegarse a la pared para no correr riesgos.

Primero pasó su hijo, pero en segundos, detrás de una reja un pitbull asomó el hocico y logró morder una pierna del niño. Con fuerza lo jaló al interior de la vivienda, donde había otros dos perros más, que atacaron al pequeño hasta que murió.