Hay momentos en que las preguntas son más que las respuestas, que las asociaciones con las cosas te remontan a la infancia de un segundo a otro, que la música marca la pauta de las profundidades anímicas. Ahí se desenvuelve la historia de La contradicción, que se presentará del 20 de julio al 3 de septiembre en la sala CCB del Centro Cultural del Bosque, con funciones los jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18.

Es un proyecto colaborativo surgido del deseo compartido de Sonia Franco y yo de hacer una obra juntos. Estuvimos intercambiando referencias hasta que surgió la oportunidad de hacer un laboratorio que definiera la dramaturgia y el montaje, comentó Noé Morales.

Con la construcción de Franco y Morales, y bajo la dirección de este mismo, La contradicción emplea recursos del teatro documental y testimonial; aspira a constituirse como una experiencia autónoma y crear un universo que, a partir de estrategias como la superposición y la yuxtaposición, dé cuenta de las múltiples contradicciones derivadas de la relación crítica y oscilante con el legado de la generación de nuestros padres.

Édgar Maldonado es asistente de dirección y performe. La pieza final tiene aportes de los tres y de Anna Cristina Portillo, diseñadora multimedia. El proyecto de creación parte del concepto de laboratorio, no sólo como metodología, sino como premisa estética.