n Aguascalientes, el vocero del Frente Nacional por la Familia, Carlos García Villanueva, agradeció a los diputados del Partido Acción Nacional su apoyo para ganar la batalla de impedir que las uniones homosexuales sean reconocidas como matrimonio; lo que es una mentira, pues lo que hicieron los 13 panistas fue rechazar un punto de acuerdo mediante el cual se exhortaba a los diputados a legislar y dictaminar las iniciativas relativas a la diversidad sexual y el ejercicio igualitario de los derechos humanos.

Es decir, 14 legisladores (a los del PAN se sumó el de Encuentro Social) se niegan a cumplir con su obligación y votan contra aquello que les recuerda sus compromisos; son los mismos que llegaron al Congreso local acusando a la legislatura anterior de haber realizado un trabajo desastroso y que debían ocupar el primer tramo de su periodo para abatir el rezago legislativo. Esos mismos, el jueves de la semana pasada, optaron por no quitarle el carácter discriminatorio a la Constitución de Aguascalientes, que sigue considerando que el matrimonio es sólo posible entre un hombre y una mujer; que seguirá dificultando las uniones civiles entre personas del mismo sexo, aunque en la entidad se realicen con amparo en mano; que continuará imponiendo trámites a las personas que por cambio de identidad sexual se ven en la necesidad de volver a modificar sus documentos...

Tras la sesión del jueves pasado, se encontraron manifestantes de la comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual y seguidores del Frente Nacional por la Familia, quienes estacionaron su oprobioso autobús naranja frente al Congreso a fin de presionar a los diputados para que defendieran el mandato de su líder, Juan Dabdoub, el mismo que ya mostró su disposición al diálogo tapándole la boca a una joven.

El encuentro no pasó a mayores: insultos, pintas, pancartas y un escupitajo a un diputado al que llamaron traidor porque, como presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, se había comprometido con las minorías sexuales a sacar a Aguascalientes del retraso en materia de igualdad. Lo más grave no es la confrontación de ideas, sino que, con su pasividad, los diputados se convierten en cómplices, peones de una organización que expande su discurso chantajista y de odio por todo el país.

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