En México cada año mueren 4 mil 370 personas a causa de enfermedades mentales. La población susceptible de padecer estos trastornos se encuentra entre las principales cargas económicas por males y discapacidades, y 90 por ciento está vinculada al consumo de drogas, se aseveró en el foro Situación actual y desafíos de los problemas de salud mental, organizado en la Cámara de Diputados.

Olga Esquivel, diputada del PRI, adujo que del gasto total en salud sólo se destina 2 por ciento a trastornos mentales; además, por cada 100 mil habitantes, únicamente hay 1.5 siquiatras, dos sicólogos, 2.3 enfermeras especializadas y 0.2 terapeutas, lo que indica déficit de personal.

México sólo cuenta con 46 hospitales siquiátricos; tres unidades de internamiento, ubicadas en hospitales generales, y ocho establecimientos residenciales, lo cual evidencia la falta de infraestructura en relación con el número de pacientes, señaló.

El motivo que hoy nos reúne es de vital importancia para todos, por lo que este foro será de provecho para mejorar las condiciones de nuestro país en esta materia, dijo la representante.

En tanto, Lucía Amelia Ledezma Torres, directora del Centro Especializado en Psicología de la Salud, apremió a ampliar el personal capacitado, invertir en tecnología y nuevos fármacos con menos efectos secundarios y fortalecer la prevención desde la escuela, así como en clínicas y hospitales.

Es necesario, aseguró, establecer un mínimo de condiciones económicas, laborales y de salud, acceso a la cultura y la educación para lograr una buena atención de las enfermedades mentales. Es un rubro abandonado, especialmente en el sureste, donde hay una tasa de incidencia similar a la de campeonato mundial en suicidios.

Es necesario crear y poner en marcha programas preventivos que atiendan causas, afectaciones y consecuencias de los problemas de salud mental, aseguró.

El supervisor de hospitales siquiátricos subrogados del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, Javier Zambrano Ramos, llamó a sensibilizar al personal médico de todos los niveles sobre el impacto de las enfermedades mentales, principalmente en los casos de depresión, pues sólo 5 por ciento de pacientes son atendidos en unidades especializadas.