Romualdo López Zárate, candidato a la rectoría general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dice en entrevista que la institución ha ido perdiendo el espíritu innovador con el que fue fundada en 1974

La novedad que tuvo la UAM en los años 70 y principios de los 80, se nos ha ido anquilosando y desde mi punto de vista necesitamos darle una vuelta de tuerca para recuperarla y para potenciar las actividades académicas de nuestros profesores, considera el rector de la unidad Azcapotzalco.

López Zárate, de 69 años, es licenciado en sociología por la Universidad Iberoamericana y la UNAM, maestro en metodología de la ciencia por el IPN, y doctor en educación por la Universidad de Aguascalientes.

Hace cuatro años, cuando lo nombraron rector de la unidad Azcapotzalco, pensaba en terminar su gestión y regresar al trabajo académico. Pero decidió postularse para la rectoría general porque piensa que la aportación que la UAM ha hecho a la sociedad puede ser mucho más visible si cambiamos algunas cosas internas, proceso al que puede aportar su experiencia.

Pero también decidió presentar su candidatura porque considera que se ha intentado deliberadamente excluir a algunos candidatos a la rectoría general con la interpretación que se ha hecho en fechas recientes de la legislación universitaria, que dice que para ser miembro de la junta directiva o rector se deben tener menos de 70 años. Se empezó por la junta directiva, donde se decidió que sus miembros dejaban de cumplir sus funciones cuando cumplían 70 años.

Ante esto, nos rebelamos cuatro de los 12 candidatos. Si nos nombran, vamos a cumplir 70 años como rectores. Nos queremos presentar a la junta para protestar por la interpretación que se ha hecho de la legislación, pues no nos sacan por currículum ni por programa de trabajo, sino por una condición cronológica que tuvo su razón de ser en los años 70, pero que hoy ya no tiene razón de ser.

Hay que cambiar el sistema de evaluación de los profesores de la UAM, propone Romualdo López Zárate, aspirante a la rectoría general de la instituciónFoto Yazmín Ortega Cortés

Piensa que entre los retos más importantes que tiene la UAM está unir su prestigio y fortaleza con los de la UNAM, el IPN y el resto de las universidades públicas para hacerle ver al gobierno que la mejor inversión que puede hacer está en la educación, en la de nivel superior en particular.

Considera que es necesario cambiar el sistema de evaluación de los profesores en la UAM, pues el actual está basado en el principio me evalúo para que me paguen. Se trata, dice, de una política que surgió en los años 90 que ha tenido, plantea, efectos perversos, como la mercantilización de la vida académica.

También plantea que es necesario modificar el sistema de administración de la universidad, pues el actual ha dificultado diversas actividades de la institución, como la construcción de obras. La construcción de la Unidad Lerma fue aprobada el mismo año (2009) que la Facultad de Estudios Superiores de León de la UNAM. Al año, la UNAM ya tenía el edificio, instalaciones y laboratorios; nosotros, después de ocho años, no hemos terminado.

Otro de los puntos en los que considera que se necesitan cambios es en la regulación que impone el gobierno a las universidades autónomas para el uso de recursos, pues está perjudicando la actividad académica a tal grado que hay muchos profesores que prefieren no manejar ningún recurso para no toparse con las regulaciones administrativas.