Opinión
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México SA

Industria disminuida

Cae 4.4% a tasa anual

Que traigan a Virgilio

D

icen las mentes brillantes del sector público que la mejor política industrial es aquella que no existe, porque las todo poderosas fuerzas del mercado son las que corrigen errores y desviaciones, y marcan la ruta, y en ese tenor se han movido los últimos seis gobiernos neoliberales. ¿Resultado? El prometedor futuro industrial mexicano, soñado en la segunda mitad del siglo XX y considerado como el pilar más sólido para el desarrollo nacional, devino pesadilla y a estas alturas dicho sector muestra una aguda cuan constante debilidad, sin visos de mejoría.

De acuerdo con la información oficial, la del Inegi, al cierre de abril pasado, los indicadores del sector industrial del país hilan cinco meses a la baja, y contando. De hecho, el balance inmediato se resume así: de enero de 2016 al cierre del cuarto mes de 2017 tales indicadores reportaron cifras rojas en once ocasiones y sólo en cinco resultados positivos (todos menores a 0.5 por ciento), de tal suerte que el saldo negativo avanza sostenidamente.

En este contexto, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, advierte que “la evolución de la industria mexicana se mantiene limitada. De acuerdo con las cifras oficiales más recientes –abril de 2017– el sector secundario de nuestro país se ubicó en terreno negativo al inicio del segundo trimestre del presente año. Sin duda varios eventos pertinentes a la coyuntura internacional –tales como los ajustes en los precios del petróleo, la desaceleración industrial en Estados Unidos y la volatilidad en el tipo de cambio– han tenido injerencia en los resultados de la industria nacional”.

Sin embargo, también es necesario considerar que la productividad laboral en el sector secundario mexicano ha venido decayendo desde prácticamente tres años atrás y aún no se encuentra una solución que revierta de manera eficiente dicha situación, anota el CIEN.

Durante el cuarto mes del año en curso la actividad industrial exhibió una caída anualizada de 4.4 por ciento debido a que todos los sectores que la conforman registraron variaciones negativas. El descenso más pronunciado se suscitó en la minería, que retrocedió 9.6 por ciento, seguido por el ajuste a la baja de 6.5 en la construcción y la caída de 3 en la generación de electricidad y suministro de agua, mientras que las manufacturas reportaron la pérdida menos significativa al descender 1.7. De hecho, al considerar el desempeño acumulado de la actividad industrial en el primer tercio del 2017 se aprecia un saldo negativo de 0.8 por ciento con respecto al mismo período del año pasado, en donde las manufacturas son el único sector que acumula cifras positivas (3.1).

Uno de los factores que ha limitado el crecimiento de la actividad industrial mexicana tiene que ver con el deterioro de la productividad en el sector secundario. En términos generales, la productividad laboral de nuestro país con base en las horas trabajadas decreció 1.6 por ciento en términos anuales durante el primer trimestre del presente año.

Las actividades primarias (1.1 por ciento) y las actividades terciarias (0.1) registraron un avance en su índice de productividad laboral, aunque no fue suficiente para compensar la caída que se registró en las actividades secundarias (-5.1 por ciento). El decaimiento de la productividad del sector secundario de nuestro país inició desde principios de 2014 y ha mantenido una tendencia negativa hasta la fecha, de tal forma que la pérdida registrada en su índice de productividad laboral con base en las horas trabajadas ha retrocedido 12.1 por ciento al considerar los últimos trece trimestres.

De manera específica, los resultados negativos de mayor impacto se presentaron en la productividad laboral de la construcción, sector que desde inicios de 2016 ha registrado una tendencia negativa en su índice con base en las horas trabajadas, escenario que se tradujo en una pérdida anualizada de uno por ciento durante el primer trimestre del año en curso. Por su parte, las manufacturas han manifestado un comportamiento más moderado y comienzan a recuperar parte del terreno perdido en los últimos periodos. Su índice de productividad laboral con base en las horas trabajadas aumentó 0.2 por ciento en términos anuales durante los tres primeros meses de 2017.

Por su parte, la tendencia de la generación de energía eléctrica y suministro de agua presentó señales de estancamiento, mientras que el resto de las actividades secundarias exhibió un comportamiento a la baja. En cuanto a los ciclos, el panorama luce menos alentador ya que solamente las manufacturas se ubicaron por encima de la tendencia de largo plazo aunque con una trayectoria ligeramente estancada. Adicionalmente, los sectores restantes reportaron un comportamiento negativo por debajo del potencial, con excepción de la minería, incluido el total de la actividad industrial. Dicho escenario sugiere una evolución moderada de la industria nacional que podría incluir algunos periodos con resultados negativos en el corto plazo.

Una de las actividades más castigadas en los últimos meses ha sido la de los derivados del petróleo. Desde marzo de 2016 su tasa de crecimiento anual se ubica en terreno negativo, con lo que acumula 14 bajas consecutivas.

Contar con un sector secundario en desaceleración limitará significativamente el ritmo de crecimiento económico de nuestro país en los próximos periodos, ya que la actividad industrial ocupa el segundo lugar en materia de contribución a la producción nacional. Adicionalmente, las manufacturas y la construcción son dos de las industrias que registran la mayor cantidad de plazas laborales dentro del sector formal de la economía. De ahí la importancia de elevar el nivel de la productividad laboral de las actividades secundarias, ya que a pesar de la gran cantidad de personal ocupado y horas trabajadas, esto se traduce en un incremento apenas marginal en la producción.

Las rebanadas del pastel

En nombre de la verdad y la justicia, urge que el inquilino de Los Pinos convoque a Virgilio Andrade para que investigue el espinoso asunto del espionaje gubernamental en contra de periodistas y activistas (nada más falso, como dice EPN). Con la imparcialidad y la investigación científica que lo caracteriza (fehacientemente probadas en el asunto de la casa blanca –la de aquí–) en dos patadas resolverá el caso Pegasus y meterá al bote a los reclamones.

Twitter: @cafevega