Madrid.

Las madrugadas de la televisión en España son territorio de videntes y juegos de azar. Pero según investigaciones dadas a conocer esta semana, también han sido escenario de un presunto fraude de derechos de autor por obras musicales que podría ascender a unos 111.5 millones de dólares.

En la trama conocida como La Rueda estarían implicados socios de la principal asociación de reparto de derechos de autor del país, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), así como personal de varias cadenas de televisión.

Según el juez que investiga el caso, Ismael Moreno, La Rueda funcionaba de la siguiente manera: se registraban temas musicales de dominio público, supuestamente modificados, como si fueran obras nuevas y se cobraban derechos por su difusión en programas en horario nocturno, previo pago de comisiones a trabajadores de las productoras televisivas para que los utilizasen.

Las obras presuntamente modificadas –en la mayoría de los casos sin cambios sustanciales– se registraban en nombre de los socios de la SGAE denunciados, de personas de su entorno o de sociedades. Esas personas o sociedades cobraban los derechos de autor por la utilización de los temas en franjas nocturnas. Para conseguir que se emitiesen esas canciones realizadas por personas con dudosos conocimientos musicales, según el juez, al parecer se pagaban sobornos a trabajadores de las productoras televisivas.

Pero la cosa no acababa ahí. Los nuevos temas eran cedidos a editoriales que pertenecían a las televisiones que los emitían. Con ello, las cadenas pasaban a ser titulares de derechos de autor y a percibir retribuciones económicas de la SGAE al emitir las obras musicales en sus programas. Es decir, recuperaban parte del dinero pagado a la sociedad de autores.

Además, según apunta el juez Moreno, La Rueda permitía que los implicados en la trama tuviesen una importante cuota de poder dentro de la SGAE. Esta sociedad, ya salpicada por la polémica en otras ocasiones, reparte los votos entre sus socios dependiendo de las cantidades que éstos perciben por generar derechos de autor.

Los beneficiados por La Rueda se encuentran entre los más productivos, así que la trama conseguía un importante poder de decisión en la junta directiva, que a su vez le permitía perpetuar el fraude.

Primeras detenciones

El magistrado de la Audiencia Nacional dictó el miércoles prisión provisional, eludible bajo fianza de 100 mil euros, para tres socios de la SGAE que fueron detenidos a principios de semana junto con otras 15 personas como parte de las investigaciones. Se trata del pianista Manuel Carrasco, el compositor Fernando Bermúdez y el productor Rafael Tena, hermano del fallecido cantante Manolo Tena. A todos les imputa delitos de organización criminal y corrupción en los negocios.

Según el juez, durante los cinco años años que abarca la investigación (2006-2011) pudieron defraudarse al menos 111.5 millones de doláres y habrían resultado perjudicados unos 120 mil socios de la SGAE.

En 2011 la SGAE ya estuvo en el ojo del huracán: la Audiencia Nacional decidió investigar a su entonces presidente, Teddy Bautista, y a otros ocho miembros de la sociedad por apropiación indebida, falsificación de documentos y desvío de fondos.