a invitación que recibimos del embajador de Alemania en México, Viktor Elbling, de reunirnos con la canciller Angela Merkel en el marco de su visita oficial a nuestro país, fue una grata sorpresa. Difícilmente imaginamos que dentro de su agenda contemplarían un espacio para entablar un diálogo directo entre la canciller y miembros de la sociedad civil.
En México esta relación es inexistente, por el contrario, hay un abismo que nos coloca en polos contrapuestos. No existe la apertura ni la disposición de las autoridades para construir puentes que nos acerquen y permitan transitar a un diálogo franco y respetuoso. Tampoco hay el interés de abrir canales de interlocución, porque los funcionarios públicos identifican a los ciudadanos y ciudadanas como los enemigos a vencer, como la gran amenaza a la estabilidad política. Los partidos políticos y los gobernantes sólo requieren una población que vaya a las urnas a emitir su voto, pero no toleran que existan ciudadanos y ciudadanas que demanden sus derechos y que ejerzan sus libertades.
Lo peor de nuestro sistema es que a los ciudadanos y ciudadanas, así como a toda la gama de organizaciones sociales y civiles, no se nos reconoce como actores legítimos, con un lugar relevante dentro de la vida democrática. No se nos valora como protagonistas que buscan mejorar nuestro sistema democrático, que nuestro interés legítimo es impulsar el cambio en beneficio de las mayorías silenciadas.
Este encuentro con la canciller fue aleccionador. La apertura para dialogar, la disposición para escuchar, el interés genuino por entender la realidad mexicana desde nuestra perspectiva como miembros de la sociedad civil, el intercambio de puntos de vista y la preocupación por el momento crítico que vive nuestro país, nos dio la pauta para entrar en confianza y hablar con franqueza. La plática de una hora compartiendo el desayuno nos dio una muestra de que si es posible entablar un diálogo plural y horizontal con las autoridades que a la postre redunda en mayor legitimidad y reafirman, en el caso de la canciller Angela Merkel, su liderazgo mundial y su prestigio internacional.
En este marco de la visita, la Coordinación Alemana para los Derechos Humanos en México, una red de organismos no gubernamentales (Ong) alemanas que trabajan el tema de garantías en el país, y la Red Nacional Todos los Derechos para Todas y Todos, conformada por más de 80 organizaciones mexicanas, de la que es miembro Tlachinollan, hicimos pública una carta dirigida a la canciller Angela Merkel solicitándole que durante su visita, aborde frente al gobierno mexicano la alarmante crisis de derechos humanos y la convierta en un eje central para el desarrollo y el futuro de las relaciones bilaterales entre estos dos países.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), 200 mil personas han sido asesinadas entre 2006 y 2017. Durante el mismo periodo fueron asesinados 126 periodistas y en los últimos diez años han desaparecido más de 30 mil personas
Instituciones internacionales y regionales tales como el Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ven a la impunidad como la principal causa de la violencia estructural en México: sólo 1.2 por ciento de los crímenes violentos son aclarados. Las razones principales son los deficientes procedimientos de investigación y el involucramiento de agentes del Estado, sobre todo de las fuerzas de seguridad, en violaciones a los derechos humanos.
En la carta entregada a la canciller, las organizaciones alemanas y mexicanas, le solicitamos su apoyo a iniciativas internacionales que combatan las causas estructurales de la crisis de derechos humanos en México. Entre éstas se encuentran la instauración de un consejo asesor contra la impunidad
tal como lo recomendó el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, a fin de asesorar al Estado mexicano sobre estrategias y reformas que impulsen las capacidades de investigación y sanción para revertir la tasa de impunidad imperante en el país.
Considerando que es fundamental que la transición de la Procuraduría General de la República hacia una fiscalía independiente no sólo consista en cambios superficiales, sino en una transformación estructural sustentable que culmine en una institución autónoma, las organizaciones le pidieron a Alemania apoyo a México en materia de investigación criminal y en la lucha comprometida por la defensa y promoción de los derechos humanos, incluso en casos específicos de graves violaciones de éstos.
Asimismo, le señalaron que esperaban una clara postura de apoyo con relación a la protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas en México, teniendo en cuenta los numerosos ataques que tristemente en este año alcanzaron nuevamente un punto culminante con el asesinato de la activista Miriam Rodríguez, quien se dedicaba al esclarecimiento de casos de personas desaparecidas, y del periodista Javier Valdez, quien por años descubrió las conexiones entre el Estado y el crimen organizado.
Le solicitaron, además, llamar a las cerca de dos mil empresas alemanas basadas en México, a adoptar una política de derechos humanos y procedimientos de debida diligencia, que abarque la responsabilidad de prevenir, mitigar y remediar los efectos adversos causados por sus actividades.
Y, en este marco, hicieron un llamado al gobierno alemán, para que en el proceso de renovación del Acuerdo Global entre la Unión Europea y México –instrumento que regula las relaciones comerciales y políticas entre la UE y México– se incluyan cláusulas efectivas para el respeto y promoción de los derechos humanos, y se prevean mecanismos de cooperación para combatir la impunidad y corrupción en México.
*Director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan