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El objetivo, reducir la toxicidad de tratamientos: Lena Ruiz

Académica de la UNAM desarrolla un metalofármaco contra el cáncer
 
Periódico La Jornada
Lunes 19 de junio de 2017, p. 36

El cáncer sigue siendo una de las enfermedades más mortales en el planeta. Crear desarrollos para combatirlo es uno de los retos para la ciencia global. Lena Ruiz Azuara, profesora investigadora de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realiza diversas investigaciones con las cuales pretende elaborar metalofármacos contra el padecimiento.

La investigadora, del Departamento de Química Inorgánica y Nuclear, de la facultad, explicó que hace varios años trabaja con metales para el desarrollo de dichos fármacos.

En una entrevista difundida por la Agencia de Noticias del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Ruiz Azuara precisó que la química bioinorgánica estudia las funciones de los metales en los sistemas vivos. A finales de los años 70 se creó un medicamento del cisplatino para cáncer y entonces ya se utilizaban también el óxido de zinc y el mercurocromo como bactericida.

En lugar de utilizar platino (metal no esencial), uso metales esenciales (los que de manera natural están en el organismo) para la creación de metalofármacos, cuyo objetivo fundamental es reducir la toxicidad.

Hace casi 30 años fue la primera en desarrollar esta innovación, y hoy su equipo ya creó un compuesto que está por iniciar la fase uno de pruebas clínicas en humanos.

Básicamente, se trata de las pruebas de efectividad en humanos, donde la fase uno implica probar dosis bajas e ir subiéndolas para identificar efectos secundarios y realizar la farmacocinética; es decir, desde que se aplica hasta que se elimina el fármaco se toman muestras de sangre, se supervisa fuera del paciente la eliminación del medicamento para definir los esquemas de tratamiento (...) Esto es una quimioterapia, las aplicaciones son cada dos o tres semanas en promedio para que los niveles se recuperen.

Detalló que ya implementaron un modelo equivalente en ratas, el cual dio resultados exitosos. “El tratamiento avanzó a la fase clínica donde se aplicará en pacientes humanos cada 21 días.

“Después de esto avanzaríamos a la fase dos, que consiste en determinar el esquema y la dosis de tratamiento, mientras en la tercera se compararán los resultados con otros fármacos comerciales. Es importante explicar que desde la segunda fase se requiere el apoyo de una farmacéutica, por el costo que representa dicha etapa de la investigación. Por último, en la etapa final –comercialización–, denominada farmacovigilancia, se observan efectos secundarios tardíos”, concluyó.