La existencia de grupos de narcomenudistas en varios puntos de Ciudad Universitaria (CU) no es un secreto para nadie, y si bien su operación no causa mucha inquietud, debería ser motivo para que las autoridades de la máxima casa de estudios aumenten la vigilancia en las instalaciones, señalaron alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Luego de que este diario reveló la existencia de al menos dos grupos de vendedores de droga que se enfrentan por el control de diversas áreas del campus –de acuerdo con una investigación de la propia UNAM y de la Procuraduría General de la República (PGR)–, alumnos de diferentes escuelas y facultades subrayaron que este fenómeno es un secreto a voces desde hace años.

Un estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales –que solicitó el anonimato– dijo haber escuchado de la existencia de entre tres y cinco grupos de narcomenudistas, los cuales operan en ese centro de estudios, así como en las inmediaciones de la Facultad de Ingeniería y las zonas de áreas verdes conocidas como Las Islas y Los Bigotes.

En lo personal, no me generan una sensación de inseguridad, pero sí causan mala imagen. Viendo la situación de robos y de violaciones, considero que sí podría vulnerar a otros compañeros. El problema es muy complejo porque puedes eliminar puntos de venta, pero se van a otro lado y al final la gente tiene libre albedrío para saber si consume o no alguna droga.

Dos estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Vallejo, comentaron que cuando visitan a sus amigos en CU han visto en muchas ocasiones a personas que venden mariguana o brownies con esa misma sustancia en Las Islas, y aunque tampoco se sienten amenazados o inquietos, consideran que debería haber más controles en las entradas del campus.

En el mismo sentido, una alumna de la Facultad de Odontología manifestó que para nadie es un secreto que en Las Islas venden drogas, pero también he escuchado que lo hacen por los pasillos, cerca de (la Facultad de) Filosofía o por donde está el (auditorio) Che Guevara.

Aunque la venta de droga por sí misma tampoco le genera una sensación de inquietud, sostiene que sí lo hace el hecho de que cualquier persona pueda entrar a CU con la finalidad de dañar a algún integrante de la comunidad.

“A mí me asaltaron en esta zona (la explanada que está entre la Facultad de Medicina y la torre II de Humanidades) y sí, dices: ¿dónde están los vigilantes? Excepto cuando se hace la megapeda, la gente de seguridad no es muy rigurosa y han dejado pasar gente armada. En mi facultad ya ha habido asaltos donde te quitan instrumental”, alertó.