Miércoles 14 de junio de 2017, p. a14
Moscú. La Copa Confederaciones será el ensayo general para la anfitriona Rusia rumbo al Mundial de 2018. Entre los principales retos debe enfrentar el aumento de atentados terroristas –sobre todo en Europa–, atraer a los aficionados de todo el mundo a un país cuya imagen se ha visto desgastada en los años recientes y provocar que el campeonato despierte el interés en el público local. Además, las autoridades deberán controlar a los ultras locales, que saltaron a la primera plana el año pasado durante la Eurocopa de Francia por sus peleas con los hooligans ingleses.