Oakland.

En el quinto juego de la serie, Warriors de Golden State, comandados por Kevin Durant, sumaron la quinta corona de la NBA al imponerse 129-120 a Cavaliers de Cleveland, quienes entregaron el campeonato que defendían con su rey, LeBron James.

Estuvieron guiados por un colosal Durant, quien encajó 39 puntos, siete rebotes y cinco asistencias, para ser nombrado el jugador más valioso de las finales. Esto es lo más dulce, dijo, y se fundió en un abrazo con Wanda Pratt, su madre, soltera, que luchó para criar a sus dos hijos, cuya historia ha sido llevada al cine.

Es el primer título de la NBA de la carrera para Durant, quien en julio pasado salió del Oklahoma City para ensamblar a Guerreros, con esperanzas de lograr su primera corona.

Golden State conquistó la serie al mejor de siete por 4-1, reclamando el trono que perdieron ante Cavaliers hace un año y completó una carrera de 16-1 a través de los playoffs, el mejor porcentaje de victorias de un campeón en la historia de la NBA.

El equipo local remontó a partir del segundo periodo y mantuvo ese dominio peleando hasta el final contra los embates que por momentos tuvo de su rival que así como se alejaban del marcador acortaban la distancia en un partido de alta tensión.

El Oracle Arena era una fiesta. El entrenador Steve Kerr y el jugador Stephen Curry estaban emocionados en una final en la que cuatro jugadores por primera vez superaron los 25 puntos: Curry aportó 34 unidades, mientras por Cavaliers, James anotó 41 (13 rebotes y ocho asistencias) y Kyrie Irving hizo 26.