El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, señaló que se creará un protocolo de atención de cuidados específicos para personas adultas mayores maltratadas y un centro de atención para enfermos de Alzheimer, así como la puesta en marcha de un programa de atención a niños.

En la entrega de 7 mil 660 tarjetas a igual número de adultos mayores de las 16 delegaciones, que recibirán un beneficio real de mil 132.35 pesos mensuales a partir de este mes, no 500 pesos, señaló que se ubicaron entre 70 y 75 niños que trabajan en las calles de la capital, que en 90 por ciento de los casos no viven aquí.

Tras dialogar con sus padres, en 21 casos (14 hombres y siete mujeres, de entre uno y 10 años de edad), comentó, accedieron a darnos a sus hijos para llevarlos a un centro de atención de la Secretaría de Desarrollo Social, donde se les cuida, se les da de comer y juegan, como una forma de alejarlos del peligro y acabar con el trabajo infantil.

Acompañado por funcionarios de la administración capitalina, representantes del Tribunal Superior de Justicia y de la Asamblea Legislativa, dijo que destinará una cantidad de recursos importantes para que este año se cuente con un centro de atención exclusivo de día y noche, para que enfermos de Alzheimer sean atendidos o vivan ahí.

Mientras a los adultos mayores se les entregará un catálogo de acciones denominado Fuerza Mayor, en el que se fijan los derechos y beneficios a que tienen derecho, como la placa de alerta social, pues está creciendo el número de pacientes con esa enfermedad, que ya rebasó, como causa de muerte, al sida, ubicándose en el cuarto lugar.

Rigoberto Ávila Órdóñez, director del Instituto de Atención a Adultos Mayores, destacó que un hito dentro de la preservación de los derechos de los adultos mayores, el gobierno promueve un protocolo de prevención y atención a la violencia contra personas mayores, la cual no solo es física, sino patrimonial, sexual, sicoemocional, abandono, extorsión y robo.

Dicho problema se busca detener por medio de una acción preventiva, que implica un proceso de educación en el seno de la familia, ante el rápido envejecimiento de la ciudad; un diagnóstico y detección, que considera valoración, acompañamiento y canalización a redes de apoyo; conciliación e intervención de la Procuraduría General de Justicia capitalina cuando se amerite.